Una historia de amor y rescate



Bamby era una perrita muy especial. Había sido abandonada al nacer y rescatada por unos albañiles que la encontraron en una obra en construcción.

La pequeña cachorrita estaba sola y desprotegida, pero gracias a la bondad de estos hombres, tuvo una segunda oportunidad. Los albañiles cuidaron de ella con mucho amor y cariño, le daban de comer lo que podían conseguir y jugaban con ella siempre que tenían un momento libre.

Bamby era muy feliz con ellos, pero sabía que su hogar no estaba allí. Un día, mientras Bamby jugaba en la arena junto a los albañiles, apareció una pareja joven llamada Romi y Victor.

Ellos estaban buscando un perro para adoptar y llevar a casa como mascota. Cuando vieron a Bamby corriendo feliz entre los escombros, supieron que había encontrado el lugar perfecto para vivir. Le preguntaron a los albañiles sobre ella y les dijeron cómo habían cuidado de ella desde su rescate.

Romi y Victor se sintieron muy conmovidos por la historia de Bamby y decidieron adoptarla sin pensarlo dos veces. Compraron un plato verde nuevo para ella y le cocinaron fideos mostachol, uno de sus platos favoritos.

Bamby se adaptó rápidamente a su nuevo hogar. Tenía todo lo que necesitaba: comida deliciosa, una cama cómoda donde dormir y mucho amor por parte de sus nuevos dueños.

Además tenía un jardín grande donde jugar e incluso podía correr libremente en la playa cercana. Pero un día mientras Bamby jugaba en el jardín, se encontró con un pequeño cachorro abandonado. El perrito estaba solo y asustado, así que Bamby decidió ayudarlo. "¿Estás bien?", preguntó Bamby al cachorro.

"No tengo hogar ni familia", respondió el cachorro con tristeza. Bamby sabía cómo se sentía el perrito, pues ella también había estado en esa situación antes. Así que decidió llevarlo a casa para cuidarlo junto a su familia adoptiva.

Romi y Victor estuvieron de acuerdo en aagarrar al nuevo miembro de la familia, por lo que adoptaron también al pequeño cachorro. Le pusieron por nombre —"Rocky"  y desde entonces los dos perros se convirtieron en mejores amigos inseparables.

Bamby aprendió una gran lección: no importa cuán difícil sea la vida, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte. Además aprendió que tener una familia amorosa es lo más importante del mundo para cualquier ser vivo.

Desde ese día, Bamby jugaba feliz en la arena junto a su amigo Rocky y siempre recordaba cuánto amor tenía gracias a Romi y Victor.

FIN.

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