Una Historia de Astucia y Amistad
En el bosque de Verdelluna, vivían muchos animales, pero dos de ellos destacaban por su astucia y habilidades: un zorro llamado Tizón y una zorra llamada Lía. Ambos eran conocidos por ser los más inteligentes y astutos, y muchas veces sus caminos se cruzaban.
Un día, mientras Tizón buscaba algo para almorzar, se encontró con Lía, quien estaba tratando de alcanzar un delicioso mango que colgaba de una rama alta.
"Hola Lía, ¿te gustaría que te ayudara a bajar ese mango?", preguntó Tizón con una gran sonrisa.
"¡Sí, por favor, Tizón!", respondió Lía, emocionada. "Es mi fruta favorita."
Tizón pensó rápidamente en un plan. Utilizando su astucia, llevó a Lía a un lugar donde había una gran roca. Juntos, empujaron la roca hasta que quedó justo debajo del mango.
"Ahora salta!", le dijo Tizón. Lía saltó y, ¡zas! logró alcanzar el mango. Al aterrizar, se lo ofreció a Tizón.
"Gracias por tu ayuda, amigo. Aquí, compartamos este mango", dijo Lía, encantada.
Mientras compartían la deliciosa fruta, comenzaron a charlar y reír. Ambos disfrutaban de la compañía, pero pronto se dio cuenta de que aunque eran buenos amigos, sus personalidades eran muy diferentes. Tizón era más aventurero, mientras que Lía prefería la tranquilidad.
Un tiempo después, se enteraron de un concurso que se iba a celebrar en el bosque. Era una competencia de astucia en la que los participantes debían resolver acertijos y superar desafíos. Ambos decidieron que querrían participar, pero pronto se dieron cuenta de la incompatibilidad de sus enfoques.
"¿Por qué no hacemos un equipo?", propuso Tizón con entusiasmo. "Juntos seremos imbatibles!"
"No sé, Tizón. A veces, tu manera de actuar es demasiado arriesgada", contestó Lía, renuente. "Yo prefiero pensarlo bien antes de saltar al desafío."
Pero el zorro no se dio por vencido. Convenció a Lía de que formaran un equipo y juntos podrían combinar sus talentos. Sin embargo, el día del concurso, Tizón decidió actuar de inmediato sin consultarla, y eso causó un problema. Al intentar resolver un acertijo, hizo un movimiento apresurado, y terminó llevando a ambos al camino equivocado.
"¡Tizón!", gritó Lía, frustrada. "Te dije que debíamos pensar antes de actuar. Ahora estamos en problemas!"
Sentados en un claro, Tizón se dio cuenta de su error. "Lo siento, Lía. No quise ignorarte. Simplemente pensé que si actuábamos rápido, podríamos ganar más fácilmente."
Lía, aunque molesta, se dio cuenta de que tenía que decir algo. "Tizón, tu astucia es muy valiosa, pero a veces necesitas pensar en cómo tus decisiones afectan a los demás."
Justo en ese momento, oyeron un murmullo entre los arbustos. Era un grupo de animales que habían visto que se habían quedado atascados. Al darse cuenta de que podrían ayudarlos en vez de rendirse, Tizón y Lía se unieron con ellos. Esta vez, Tizón pensó en una estrategia, y Lía aportó su conocimiento sobre el bosque, y juntos idearon un plan.
"Si todos empujamos desde aquí y alguien tira de la cuerda, podemos sacar al grupo de en medio", dijo Lía.
Todos los animales se unieron. Después de varios intentos, y así fue como el grupo quedó libre.
"¡Lo logramos!", gritaron juntos.
A partir de ese día, Tizón y Lía aprendieron a valorar sus diferencias. Mientras que Tizón incentivaba la acción, Lía aportaba la paciencia y la reflexión. Juntos se convirtieron en un gran equipo, y su amistad se fortaleció aún más. Diferencias no significan incompatibilidad.
Ellos entendieron que cada uno era especial a su manera, y que al combinar sus talentos, podían lograr cosas maravillosas juntos. Así, los animales del bosque aprendieron a valorar la felicidad que trae la amistad, fueron comprensivos y aprendieron a trabajar en equipo. Y así, en el bosque de Verdelluna, no solo había astucia, sino felicidad y un lazo especial entre sus dos astutos amigos.
FIN.