Una historia de autoaceptación



Yohana vivía en un pueblo donde siempre era de noche, por lo que era conocida como Yohana La oscura. A pesar de ser amable y generosa, se sentía triste porque su oscuridad la hacía invisible. Su amiga Maca, una intrépida exploradora, la visitaba todas las noches y podía verla gracias a sus dientes blancos que brillaban en la oscuridad.

Yohana anhelaba ser más clara, por lo que solía teñirse el pelo de amarillo con la esperanza de ser más visible. Un día, mientras deambulaba por el bosque, se encontró con un hada bondadosa. Sin saber el deseo de Yohana, el hada la tocó con su varita mágica y la convirtió en un ser resplandecientemente blanco. Al principio, Yohana se sintió emocionada, pero pronto se dio cuenta de que no era feliz. La gente la miraba con asombro y susurros, y ella se sentía aún más insegura.

Entonces, recordó algo que Maca siempre le decía: 'La verdadera luz viene de adentro'. Con esta idea en mente, Yohana decidió emprender un viaje personal hacia la aceptación de sí misma. Durante su travesía, conoció a Alan, un apuesto y talentoso futbolista que la aceptó tal como era. Juntos, emprendieron aventuras y Yohana se dio cuenta de que la verdadera belleza radica en la diversidad y en la aceptación de uno mismo y de los demás.

Al pasar las 24 horas, Yohana regresó a su estado original, pero ya no anhelaba cambiar. Había aprendido que su brillo interior era lo que la hacía especial, y no necesitaba ser diferente para ser vista y valorada. Desde ese día en adelante, Yohana se convirtió en una luz resplandeciente en el pueblo, irradiando amor, aceptación y alegría a todos los que la rodeaban.

FIN.

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