Una historia de autoestima en el bosque mágico



Había una vez un pequeño erizo llamado Lautaro Sebastián, que vivía en un bosque mágico lleno de criaturas fantásticas.

Lautaro era conocido por ser el más rápido y ágil del lugar, gracias a su habilidad para emitir rayos de luz desde sus manos. Un día, mientras jugaba con sus amigos, Lautaro notó que algo extraño estaba sucediendo: sus manos no emitían ningún rayo de luz. Asustado, corrió hacia su casa para buscar ayuda.

"Mamá, papá, mis manos no emiten luz", dijo Lautaro preocupado. "Tranquilo hijo", respondió su madre. "Debe haber una explicación lógica para esto".

Juntos decidieron ir a ver al sabio anciano del bosque, quien era conocido por ser el más sabio y poderoso de todos los habitantes del lugar.

Después de examinar las manos de Lautaro detenidamente, el anciano le explicó que la razón por la cual sus manos no emitían luz era porque había perdido su confianza en sí mismo y en su capacidad para hacerlo. "Debes encontrar la forma de recuperar tu confianza", dijo el anciano. "Solo así podrás volver a emitir tus rayos de luz". Lautaro se sintió abrumado por esta noticia.

No sabía cómo recuperar su confianza después de perderla tan repentinamente. Decidió caminar solo por el bosque para reflexionar sobre lo que debía hacer.

Mientras caminaba entre los árboles y las flores del bosque mágico recordó todas las aventuras emocionantes que había tenido gracias a sus habilidades. Pensó en cómo había salvado a sus amigos de peligrosas criaturas y cómo había ayudado a su comunidad en momentos de necesidad. De repente, un ruido lo sacó de sus pensamientos.

Era un pequeño pájaro que estaba atrapado en una rama alta del árbol. Lautaro decidió que era hora de poner en práctica todo lo que había aprendido y ayudar al pobre pájaro.

Concentrando toda su energía y confianza, Lautaro elevó sus manos hacia el cielo y emitió un rayo brillante de luz que iluminó todo el bosque. El pájaro fue liberado y voló felizmente hacia el cielo. Lautaro se sintió renovado después de haber ayudado al pequeño pajarito.

Se dio cuenta de que aunque había perdido momentáneamente su confianza, nunca perdió la capacidad para hacer cosas increíbles con sus habilidades especiales.

Al regresar a casa, Lautaro demostró a todos los habitantes del bosque mágico que había recuperado su confianza al emitir rayos brillantes desde sus manos una vez más. Desde entonces, Lautaro entendió la importancia de creer en sí mismo y nunca permitir que las dudas lo detengan en su camino hacia grandes aventuras.

Y así, continuo viviendo emocionantes historias junto a todos los habitantes del bosque mágico gracias a su valentía e ingenio sin fin.

FIN.

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