Una historia de crecimiento en preescolar



Carmen era una maestra de preescolar que amaba a todos sus alumnos, pero tenía un pequeño desafío con Juan, un niño muy inquieto y a menudo problemático.

Juan solía interrumpir la clase, no seguía las instrucciones y a veces se comportaba de manera disruptiva. Carmen sabía que Juan necesitaba ayuda, así que decidió abordar la situación con paciencia y comprensión. En lugar de regañarlo, Carmen se acercó a Juan con cariño y le preguntó qué pasaba.

Juan, sorprendido por la actitud de su maestra, se abrió y compartió que a veces se sentía abrumado en la escuela y no sabía cómo expresar sus emociones. Carmen escuchó atentamente y juntos encontraron maneras de que Juan canalizara su energía de manera positiva.

Implementaron rutinas de mindfulness, juegos para liberar energía y momentos de charla para expresar sus sentimientos. Con el tiempo, Juan comenzó a mostrar un cambio. Se volvió más tranquilo, atento y participativo en clase.

Su comportamiento mejoró notablemente, y Carmen estaba emocionada al ver el progreso de Juan. Esta historia no solo enseña la importancia de la comprensión y la paciencia, sino también cómo el amor y la empatía pueden transformar vidas, especialmente en el entorno educativo.

FIN.

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