Una historia de integración y amistad



Valentina era una niña alegre y divertida, a pesar de ser sorda. Ella disfrutaba de la vida junto a sus amigos y siempre encontraba la manera de comunicarse con ellos a través de la lengua de signos.

Valentina tenía una pandilla de amigos muy especial, quienes siempre la apoyaban y la ayudaban a sentirse incluida. Juntos, vivían muchas aventuras emocionantes y divertidas. Un día, llegó un nuevo estudiante a la escuela, se llamaba Martín y también era sordo.

Valentina se acercó a él de inmediato, le enseñó a comunicarse con señas y lo integró a su grupo de amigos. Juntos, superaron desafíos, descubrieron nuevos intereses y fortalecieron su amistad.

Esta historia muestra la importancia de la integración, la amistad y la lengua de signos para personas sordas, demostrando que con amor y comprensión, todos podemos formar parte de un mundo inclusivo y diverso.

FIN.

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