Una historia de valentía en el Uruguay de 1900
Amelia era una niña uruguaya de 10 años que vivía en un pequeño pueblo a orillas del Río de la Plata.
En aquellos tiempos, las niñas como ella no tenían muchas oportunidades de aprender a leer y escribir, pero Amelia anhelaba conocer el mundo más allá de su hogar. Un día, escuchó a su abuelo contar historias de tierras lejanas y culturas diferentes, y sintió un ardiente deseo de descubrir esos lugares por sí misma.
"Abuelo, ¿cómo puedo conocer el mundo si no puedo ni siquiera salir de mi pueblo?", preguntó Amelia con tristeza. Su abuelo le respondió con una sonrisa comprensiva: "Nunca subestimes el poder de tus sueños, Amelia.
Si realmente quieres descubrir el mundo, encontrarás la forma de hacerlo". Estas palabras resonaron en el corazón de la niña, quien decidió que buscaría una manera de cumplir su sueño. Un día, mientras paseaba por el puerto, Amelia vio un grupo de marineros reparando un viejo barco.
Con valentía, se acercó a ellos y les pidió que la llevaran a dar un pequeño paseo por el río. Los marineros, sorprendidos por la determinación de la niña, accedieron a su pedido.
Durante el paseo, Amelia les contó a los marineros sobre su deseo de conocer el mundo. El capitán del barco, impresionado por la valentía de Amelia, decidió llevarla en un viaje más largo, con la promesa de regresarla sana y salva a su pueblo.
Así, Amelia emprendió un viaje inolvidable por el Río de la Plata, donde conoció a personas de diferentes culturas y aprendió muchas cosas nuevas. Finalmente, regresó a su pueblo con un corazón lleno de experiencias y conocimientos.
Desde ese día, Amelia se convirtió en un ejemplo de valentía y determinación para los niños de su pueblo, demostrándoles que, con esfuerzo y sueños, no hay límites para lo que se puede lograr.
FIN.