Una Historia de Valor y Amistad



Había una vez, en un reino muy lejano llamado Persia, un rey poderoso llamado Asuero. Él vivía en un magnífico palacio, rodeado de lujos y riquezas. Sin embargo, había algo que le faltaba: una reina que llenara su vida de alegría y amor.

Un día, el rey decidió organizar un gran concurso para encontrar a la mujer más hermosa y amable del reino. Las jóvenes venían de todos lados, luciendo sus mejores vestidos y sonrisas. Entre ellas, se encontraba una joven muy especial llamada Ester. Ella era conocida por su belleza, pero aún más por su gran corazón.

Cuando Ester llegó al palacio, sus ojos brillaban con confianza. El rey Asuero la vio de inmediato y, asombrado por su gracia, le preguntó:

"¿Quién es esta joven tan especial?"

"Soy Ester, su majestad. Vengo de una pequeña aldea."

El rey, cautivado por su dulzura, la eligió como reina por encima de todas las demás.

A medida que pasaba el tiempo, Ester se adaptó a su nueva vida en el palacio, convirtiéndose en una reina bondadosa. Ella se preocupaba por los habitantes del reino, especialmente por aquellos que necesitaban ayuda. A menudo, pasaba tiempo con los niños del pueblo, alentándolos a ser valientes y a soñar en grande.

Un día, un malvado consejero del rey, llamado Amán, ideó un plan para hacer daño a los habitantes judíos del reino. Cuando Ester se enteró de esto, su corazón se llenó de temor, pero también de determinación.

"No puedo quedarme de brazos cruzados mientras mi pueblo sufre. Debo hablar con el rey", decidió Ester.

Ester sabía que entrar al salón del trono sin ser llamada era muy arriesgado, pero su amor por su pueblo era más fuerte que su miedo. Así que, se arregló y se dirigió al lugar donde el rey Asuero estaba.

Cuando el rey la vio, su rostro se iluminó.

"Ester, querida, ¿qué te trae aquí?"

"He venido a hablarte sobre algo muy importante, oh rey. Se está tramando un plan contra mi pueblo y debemos detenerlo antes de que sea demasiado tarde."

El rey Asuero, sorprendido, le preguntó:

"¿Qué plan es ese?"

Ester, con valentía, explicó la situación. El rey, al escucharla, se llenó de furia contra Amán.

"No permitiré que mi reina y su pueblo sufran por este malvado. ¡Llama a Amán!"

Cuando Amán llegó, se dio cuenta de que su plan estaba en peligro. El rey le dijo con firmeza:

"¡Tu maldad no será tolerada! Ester es mi reina y protegeré a su pueblo a toda costa."

Con valentía, Ester se transformó de ser una simple joven en una reina que luchó por la justicia. El rey desterró a Amán, y el pueblo judío fue salvado.

Desde ese día, Ester y el rey Asuero trabajaron juntos para promover la paz y la justicia en todo el reino. La bondad y el valor de Ester inspiraron a muchos, y aunque su vida en el palacio era llena de lujos, lo que realmente atesoraba eran las sonrisas y la felicidad de su pueblo.

Y así, la reina Ester se convirtió en un símbolo de valentía y amor: una historia contada de generación en generación, recordándonos que, aunque seamos pequeños, podemos hacer cosas grandes si luchamos por lo que es correcto y por quienes amamos.

FIN.

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