una historia sobre la contaminación



Había una vez en el hermoso pueblo de Cantumarca, en Potosí, Bolivia, donde el cielo era de un azul intenso, las montañas se vestían de un verde exuberante y los ríos fluían limpios y cristalinos. Sin embargo, un día algo extraño comenzó a suceder. Los habitantes de Cantumarca notaron que el agua de los ríos ya no era tan clara como solía ser, y el aire empezaba a oler extraño. Los animales se enfermaban y las plantas dejaban de crecer. La gente estaba preocupada y triste por ver cómo su hermoso pueblo se estaba deteriorando.

Los niños curiosos de Cantumarca, Sofía y Mateo, decidieron investigar qué estaba sucediendo.

- ¿Por qué las aguas ya no son transparentes como antes? – se preguntaba Sofía.

- No lo sé, pero vamos a descubrirlo – respondió Mateo. Juntos, los valientes niños decidieron adentrarse en el misterio de la contaminación.

Armados con sus mochilas y mucha determinación, se adentraron en el bosque cerca del río para encontrar pistas. Pronto descubrieron que una fábrica en las afueras del pueblo estaba vertiendo desechos tóxicos directamente en el agua. Quedaron impactados al descubrir que esa fábrica estaba causando estragos en su querido pueblo. Decidieron recopilar pruebas para poder enfrentar a los responsables.

Con la ayuda de los adultos del pueblo, Sofía y Mateo lograron exponer la situación ante las autoridades, quienes tomaron medidas para detener la contaminación y limpiar el río. Poco a poco, el agua volvió a ser cristalina y los animales y plantas recuperaron su vitalidad. Todos en Cantumarca se unieron para cuidar su entorno y concientizar a las personas sobre la importancia de proteger la naturaleza.

Desde ese día, Cantumarca volvió a ser el lugar hermoso y próspero que siempre había sido, y los niños aprendieron una gran lección: que juntos, siempre podemos hacer la diferencia para proteger nuestro hogar, la Tierra.

FIN.

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