Una lección de amistad en el bosque encantado
Había una vez en un bosque encantado, un zorro llamado Renzo y un cuy llamado Benito. A pesar de ser muy diferentes, eran grandes amigos y siempre se divertían juntos.
Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron un árbol lleno de deliciosas manzanas. El cuy Benito, al ver las manzanas brillantes y rojas, no pudo resistirse y comenzó a comerlas sin parar. "¡Benito, cuidado! Esas manzanas podrían estar envenenadas", advirtió el zorro Renzo preocupado.
Pero el cuy estaba tan emocionado con su festín que ignoró la advertencia de su amigo. De repente, comenzó a sentirse mal y cayó al suelo con dolor de estómago. "¡Ayuda, Renzo! Me siento muy mal", dijo débilmente Benito.
El zorro Renzo sabía que tenía que actuar rápido para salvar a su amigo. Recordó haber visto algunas hierbas curativas cerca del arroyo y decidió ir a buscarlas. Corrió lo más rápido que pudo hacia el arroyo y recolectó las hierbas necesarias.
De regreso junto al cuy Benito, preparó una infusión con las hierbas y se la dio a beber con mucho cuidado. Después de un rato, el cuy empezó a sentirse mejor gracias a la medicina natural preparada por el zorro.
Se levantó lentamente y mirando a Renzo con gratitud le dijo:"Gracias por salvarme la vida, querido amigo. Prometo escucharte la próxima vez y no actuar impulsivamente.
"Renzo sonrió feliz al ver recuperado a su amigo y le recordó lo importante que era escuchar los consejos de quienes nos quieren bien. Desde ese día, el cuy Benito aprendió a ser más prudente antes de actuar impulsivamente y valorar los consejos de sus amigos como el sabio zorro Renzo.
Y así continuaron viviendo aventuras juntos en el bosque encantado, demostrando que la amistad verdadera puede superar cualquier obstáculo si se basa en el respeto mutuo y la confianza.
FIN.