Una lección de higiene


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Martina.

Martina era una niña muy traviesa y juguetona, pero tenía un pequeño problema: ¡no le gustaba bañarse! Siempre encontraba excusas para no hacerlo y su mamá siempre le decía lo importante que era mantenerse limpia. Un día, mientras jugaba en el patio de su casa, Martina comenzó a sentir comezón en la cabeza.

Al principio pensó que era solo picazón por el calor, pero pronto descubrió que tenía piojos. Su mamá se sorprendió al ver los piojos en la cabeza de Martina y le explicó que eso pasaba porque no se había estado bañando como debía.

Martina no quería escuchar a su mamá y se negaba a bañarse correctamente. Los días pasaron y los piojos comenzaron a multiplicarse, causándole mucha molestia y vergüenza a Martina. Sus amigos dejaron de jugar con ella por miedo a contagiarse los piojos.

Un día, cansada de la comezón constante y de sentirse sola, Martina decidió hablar con su abuela.

La sabia abuela le contó historias sobre la importancia de mantenerse limpio y cómo eso podía afectar no solo su salud física, sino también sus relaciones con los demás. Martina reflexionó sobre las palabras de su abuela y finalmente decidió seguir sus consejos. Comenzó a bañarse todos los días, a lavar bien su cabello y a peinarse con cuidado para eliminar todos los piojos.

Poco a poco, los piojos desaparecieron y Martina volvió a ser la niña feliz y juguetona que solía ser.

Con el tiempo, sus amigos volvieron a jugar con ella y Martina aprendió una valiosa lección: la higiene personal es fundamental para estar sanos y felices. Desde ese día en adelante, nunca más volvió a descuidar su higiene. Y colorín colorado, este cuento ha terminado con Martina aprendiendo que la limpieza es parte fundamental del cuidado personal.

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