Una lección de seguridad



Era un día soleado de verano y Ignacio y Joaquín decidieron salir a jugar al parque. Llevaban sus bicicletas, pelotas y muchas ganas de divertirse.

Cuando llegaron, se pusieron a jugar al fútbol mientras sus perras Luna y Negra correteaban por el pasto. De repente, escucharon un ruido extraño que venía del bosque cercano. Los dos amigos se miraron asustados y decidieron ir a investigar.

Pero cuando llegaron al borde del bosque, vieron algo que los dejó helados: ¡un enorme oso estaba frente a ellos! -¡Corramos! -gritó Joaquín mientras tomaba de la mano a Ignacio. Pero antes de poder escapar, Luna y Negra aparecieron corriendo hacia ellos ladrando fuerte para ahuyentar al oso.

El animal se asustó con los ladridos y huyó hacia el bosque. -¡Gracias chicas! -dijo Ignacio acariciando las cabezas de las perras. Después del susto, los cuatro amigos se sentaron en el pasto para descansar un poco.

Fue entonces cuando Victoria y Lucia aparecieron en su bicicleta para unirse a la diversión. -¿Qué pasó chicos? ¿Por qué están tan asustados? -preguntó Victoria preocupada.

Ignacio y Joaquín les contaron lo sucedido con el oso mientras Luna y Negra seguían jugando cerca de ellos. Las hermanas mayores les explicaron que era muy peligroso acercarse tanto al bosque sin supervisión adulta ya que podían encontrarse con animales salvajes. -Ahora ya saben que no pueden hacerlo solos, ¿verdad? -dijo Lucia. -Sí, tienes razón.

Fue una mala idea -admitió Joaquín. Después de ese susto, los amigos decidieron seguir jugando en el parque pero esta vez más cerca de las áreas seguras.

Aprendieron la importancia de estar alertas y cuidarse mutuamente para evitar situaciones peligrosas. Al final del día, todos regresaron a casa felices y agradecidos por tenerse unos a otros para divertirse y protegerse.

Y Luna y Negra se convirtieron en las heroínas del día al salvar a sus dueños de un gran peligro.

FIN.

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