Una lección de supervivencia


La luna estaba en su lugar en el cielo nocturno, mirando hacia abajo con tristeza mientras el sol brillaba intensamente en el otro extremo del mundo.

Ella se sentía sola y olvidada, y cada día que pasaba, su ira crecía aún más fuerte. Un día, decidió hacer algo al respecto. Se dirigió a los otros planetas del sistema solar para pedir ayuda. Primero fue a Venus. —"Venus" , dijo la luna con voz temblorosa.

"El sol me da demasiado calor y no puedo soportarlo más. ¿Puedes ayudarme?""Lo siento mucho, Luna", respondió Venus gentilmente. "Pero yo también estoy muy cerca del sol, así que no puedo hacer nada por ti".

Desanimada pero decidida, la luna siguió adelante hasta llegar a Marte. —"Marte" , dijo ella. "¿Podrías ayudarme? El sol me está quemando". Pero Marte tampoco pudo ayudarla. Él también estaba demasiado lejos para hacer algo sobre el problema de la luna.

La luna continuó visitando cada uno de los planetas del sistema solar, pero nadie podía ofrecerle una solución. Finalmente llegó a Júpiter y le explicó todo lo que había pasado hasta ese momento.

Júpiter pensó por un momento antes de decir: "Luna querida, no puedo cambiar la distancia entre tú y el sol o entre ninguno de los planetas del sistema solar; eso es simplemente cómo estamos dispuestos en nuestro camino cósmico". La luna se desanimó aún más al escuchar esto.

"Pero hay algo que puede hacerse", continuó Júpiter con una sonrisa. "Puedo enseñarte a usar tu poder para reflejar la luz del sol de manera que no te lastime".

La luna se emocionó al escuchar esto y Júpiter comenzó a enseñarle cómo hacerlo. Poco a poco, la luna aprendió a reflejar la luz del sol en lugar de absorberla, lo que la ayudó a mantenerse fresca durante el día y brillar aún más hermosamente por la noche.

Y así, gracias a su determinación y al apoyo de sus amigos planetas, la luna encontró una manera de superar su problema y vivir felizmente bajo el sol.

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