Una Lección del Fondo Marino



En las profundidades del océano, en un colorido arrecife de coral, vivía Lucas, un pececito travieso y alegre. Lucas tenía la costumbre de enojarse fácilmente y a veces, mordía a otros peces cuando se sentía frustrado.

Sus padres, don Pez y doña Pez, siempre le recordaban la importancia de ser amable y respetuoso, pero Lucas no les hacía caso.

Un día, Lucas se encontró con Bob, un pulpo sabio y amable que era conocido por su gran corazón y sus consejos sabios. -Hola, Lucas – saludó Bob con una sonrisa. -Hola, Bob – respondió Lucas de mala gana. -¿Qué te sucede, amigo? Pareces molesto – preguntó Bob con preocupación.

Luego de un suspiro, Lucas contó cómo se sentía y cómo había mordido a su mejor amigo, Marcos, porque se había enojado con él. Bob escuchó atentamente y le dijo: -Lucas, la amistad y el respeto son tesoros muy valiosos.

Siempre es mejor hablar, escuchar y buscar soluciones juntos en lugar de pelear y lastimarse. ¿Por qué no intentas disculparte con Marcos y demostrarle tu bondad? Lucas reflexionó sobre las palabras de Bob y decidió seguir su consejo. Nadó hasta donde estaba Marcos y, con humildad, le pidió perdón.

Para su sorpresa, Marcos perdonó a Lucas y aceptó su disculpa. Juntos, volvieron al arrecife, donde contaron su experiencia a los demás habitantes del mar. Lucas aprendió que la bondad y la amistad son más valiosas que el enojo y la agresión.

Desde ese día, se esforzó por ser un pez bondadoso y respetuoso, escuchando a sus padres y ayudando a los demás peces. Su cambio de actitud inspiró a los demás habitantes del mar, promoviendo un ambiente de armonía y respeto.

A partir de entonces, Lucas vivió feliz y orgulloso de ser un pez bondadoso. Y cada vez que sentía enojo, recordaba las enseñanzas de Bob y buscaba soluciones pacíficas.

Así, el maravilloso arrecife de coral se convirtió en un lugar donde reinaba la amistad y la bondad. Fin.

FIN.

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