Una lección sobre la amistad


En la pradera vivía Tomás, un topo muy simpático y redondo como un tonel. A pesar de ser pequeño, le encantaba jugar al tenis con su amiga Teresa, una tortuga tranquila y sonriente. Todos los días, Tomás daba volteretas emocionado mientras cogía su raqueta y lanzaba la pelota con entusiasmo. Sin embargo, un día Tomás tiró la pelota tan fuerte que asustó a Teresa, quien salió corriendo asustada.

- ¡Teresa, espera! No quería asustarte, solo estaba emocionado por jugar - dijo Tomás, corriendo tras su amiga.

- Lo siento, Tomás, pero la pelota fue demasiado fuerte para mí, me dio miedo - respondió Teresa, deteniéndose para mirar a su amigo con tristeza.

Tomás se disculpó sinceramente con Teresa y prometió controlar su fuerza la próxima vez. Juntos, buscaron una solución para que ambos pudieran seguir jugando al tenis sin miedos.

Decidieron que Tomás lanzaría la pelota suavemente para que Teresa pudiera devolverla con tranquilidad. A medida que practicaban, Tomás aprendió a controlar su fuerza, y Teresa ganó confianza en el juego.

Pronto, Tomás y Teresa se convirtieron en un equipo imparable. Descubrieron que trabajar juntos y apoyarse mutuamente los hacía aún más felices. Aprendieron que la amistad y la empatía hacían que sus momentos juntos fueran más especiales, y que siempre podían superar los obstáculos si se esforzaban juntos.

Desde entonces, Tomás y Teresa disfrutaron de su juego de tenis, riendo, charlando y fortaleciendo su amistad día tras día.

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