Una Mariposa Multicolor



Había una vez una pequeña oruga llamada Lola. Vivía en un hermoso jardín rodeado de flores y plantas coloridas.

Aunque Lola era muy curiosa y soñaba con volar como las mariposas, siempre se sentía triste porque no podía hacerlo. Un día, mientras paseaba por el jardín, Lola se encontró con una mariposa llamada Mateo. Mateo tenía unas alas grandes y brillantes que desplegaba con gracia mientras volaba de flor en flor.

Lola se acercó tímidamente a Mateo y le preguntó: "¿Cómo lograste convertirte en una mariposa tan hermosa? Yo también quiero poder volar".

Mateo sonrió amablemente y le explicó a Lola que él también había sido una oruga, pero que había pasado por un increíble proceso llamado metamorfosis. Le contó cómo su cuerpo cambió, formando un capullo alrededor de sí mismo antes de transformarse en la mariposa que era ahora. Lola quedó asombrada por la historia de Mateo y decidió que también quería vivir esa transformación.

Comenzó a investigar más sobre la metamorfosis y descubrió que necesitaba construir su propio capullo para poder cambiar. Con determinación, Lola buscó el lugar perfecto para construir su capullo.

Encontró una rama segura donde nadie pudiera molestarla y comenzó a tejerlo pacientemente con hilos resistentes. Pasaron los días y semanas, hasta que finalmente llegó el momento en el que Lola estaba lista para entrar en su capullo.

Se sintió nerviosa e insegura, pero recordó las palabras de Mateo y se recordó a sí misma que estaba a punto de convertirse en una hermosa mariposa. Dentro del capullo, Lola experimentó cambios increíbles.

Su cuerpo empezó a transformarse lentamente, sus patas se encogieron y unas pequeñas alas comenzaron a formarse. A medida que pasaba el tiempo, Lola sentía cada vez más fuerza y energía en su interior. Un día soleado, después de mucho tiempo dentro del capullo, llegó el momento esperado.

El capullo se abrió y Lola emergió como una hermosa mariposa con alas multicolores. Desplegó sus alas por primera vez y sintió la brisa acariciándolas suavemente. Lola voló por el jardín con alegría y emoción.

Se dio cuenta de que había dejado atrás todos sus miedos y limitaciones. Ahora era libre para explorar el mundo desde las alturas. Mateo la vio volando y sonrió orgulloso al verla tan feliz. "¡Lo lograste, Lola! Eres una mariposa hermosa", exclamó emocionado.

Lola le dio las gracias a Mateo por haberle mostrado el camino hacia su transformación. Juntos, volaron por todo el jardín disfrutando de su nueva vida como mariposas. Desde aquel día, Lola inspiraba a otras orugas con su historia de transformación.

Les enseñaba que no importa cuántas dificultades encuentren en el camino, siempre hay una manera de superarlas y alcanzar los sueños más grandes.

Y así fue como Lola pasó de ser una simple oruga a convertirse en una valiente mariposa llena de color y esperanza, volando alto en busca de nuevas aventuras.

FIN.

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