Una Noche de Aventuras con Fantasmas
Era una noche oscura y misteriosa en el pequeño pueblo de Villa Esperanza.
Un grupo de valientes niños, Mateo, Martina, Sofía y Benjamín, decidieron enfrentar sus miedos y aventurarse en la casa embrujada de la colina que todos decían estar encantada por fantasmas. Con linternas en mano y corazones valientes, los niños entraron a la casa, pero justo cuando estaban en medio de la oscuridad, una luz parpadeante y una risa misteriosa llenaron la habitación.
Los niños se miraron asustados, pero no querían regresar. Decidieron investigar, y descubrieron que la risa misteriosa provenía de un grupo de simpáticos fantasmas que vivían en la casa. Los fantasmas, lejos de querer asustarlos, solo querían jugar y divertirse.
Así que pasaron la noche bailando, contando historias y jugando a las escondidas en la casa. Los niños se dieron cuenta de que los fantasmas no eran malos, solo querían amigos con quienes compartir su tiempo.
Al amanecer, los niños y los fantasmas se despidieron, prometiendo volver a verse pronto. Desde ese día, los niños no volvieron a temer a la oscuridad ni a los fantasmas, y la casa embrujada se convirtió en su lugar secreto de aventuras y diversión.
FIN.