Una tarde en el parque con papá



Sarah Loretta estaba emocionada. Por fin era sábado y su papá, Omar, le prometió llevarla al parque a pasar una tarde juntos.

Cuando llegaron, Sarah Loretta correteó por el césped, subió y bajó del tobogán, y se columpió lo más alto que pudo. Papá Omar la miraba sonriente, disfrutando de ver a su hija tan feliz. -¡Papá, vamos a jugar a la pelota! -exclamó Sarah Loretta. -¡Claro que sí, hija! ¡Pero primero compremos unos helados para refrescarnos! - respondió Omar.

Después de disfrutar los helados, se pusieron a jugar a la pelota, riendo y divirtiéndose sin parar. De repente, un viento fuerte se llevó la pelota y la hizo caer en un pequeño lago del parque.

Sarah Loretta se puso triste, pero papá Omar le dijo: -Tranquila, encontraremos una forma de recuperarla. Juntos buscaron palitos y hojas para hacer una especie de red improvisada y lograron rescatar la pelota.

Sarah Loretta estaba muy contenta por haber recuperado su pelota y aprendió que siempre se puede buscar soluciones a los problemas. Finalmente, cuando el sol empezó a esconderse, papá Omar cargó en brazos a Sarah Loretta, quien bostezaba, y se dirigieron a casa.

En el camino, Sarah Loretta le dijo a su papá: -Gracias por haberme traído al parque, papá. Fue el mejor día de todos. Y estoy feliz de haber encontrado una solución para recuperar mi pelota. -Me alegro mucho, hija.

Hoy aprendiste que con ingenio y trabajo en equipo, podemos superar cualquier obstáculo. Te amo, Sarah Loretta. -Yo también te amo, papá. Buenas noches.

Con un beso en la frente, Sarah Loretta se quedó dormida en los brazos de su papá, con la certeza de que siempre podría contar con él en las buenas y en las malas.

FIN.

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