Una vocación en familia



Un día, mientras estaban en el campo, Ignacio y Octavio escucharon la alarma del cuartel de bomberos. Papá se apresuró a subirse al autobombo rojo y salió corriendo hacia el incendio.

Los niños miraron con preocupación cómo su papá se alejaba. "¿Qué está pasando, mamá?" -preguntó Octavio, asustado. "Parece que hay un incendio y tu papá tiene que ir a ayudar", respondió mamá con calma.

Los niños no podían dejar de pensar en su papá mientras esperaban en casa. De repente, escucharon una segunda alarma. Esta vez era para un accidente automovilístico cerca del campo donde vivían.

"¡Tenemos que ir al rescate!" -gritó Papá mientras saltaba del autobombo rojo y corría hacia el lugar del accidente. Mamá sabía lo importante que era la labor de los bomberos voluntarios y decidió llevar a los niños con ella para ver cómo su papá ayudaba a las personas heridas.

Los pequeños observaron fascinados cómo Papá usaba sus habilidades para rescatar a las víctimas del accidente. Después de ese día, Ignacio y Octavio comenzaron a hablar sobre convertirse en bomberos voluntarios como su papá cuando crecieran.

Pero también querían ser contadores como su mamá para poder administrar mejor los recursos necesarios para mantener el cuartel funcionando. Así fue como los niños comenzaron a estudiar duro cada día después de la escuela.

Mamá les enseñaba matemáticas y finanzas, mientras que Papá les mostraba todas las habilidades necesarias para ser un buen bombero voluntario. Un día, mientras estaban en el campo manejando el tractor amarillo, Ignacio y Octavio vieron humo negro saliendo de una casa cercana.

Inmediatamente llamaron al cuartel de bomberos y corrieron a la casa para ayudar. "¡Papá! ¡Mamá! ¡Hay un incendio!" -gritaron los niños mientras corrían hacia la casa en llamas. Papá llegó rápidamente con el autobombo rojo y comenzó a trabajar en apagar las llamas.

Mientras tanto, Ignacio y Octavio usaron lo que habían aprendido para ayudar a las personas afectadas por el incendio. Después de ese día, toda la comunidad se dio cuenta del valor de tener bomberos voluntarios como Papá y su equipo.

Y los niños sabían que algún día podrían seguir sus pasos y convertirse también en héroes locales.

FIN.

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