Unai y el Tesoro Escondido



En la ciudad de Mutilva, vivía un niño llamado Unai, que tenía 7 años y una imaginación inagotable. A Unai le apasionaban los piratas, el basket y el taekwondo. Cada tarde, después de hacer su tarea, se convertía en un pirata valiente, buscando tesoros escondidos por toda la casa como si fuera el capitán de un barco legendario.

Un soleado día de verano, Unai decidió que era hora de vivir una gran aventura. "-Hoy voy a ser un verdadero pirata!" exclamó mientras se colocaba un pañuelo en la cabeza y una espada de juguete en la cintura. Preparó su mochila con algunas golosinas, su balón de basket y su cinturón de taekwondo.

"-¡A navegar!" grito, mientras abría la puerta de su casa y salía al patio. Pero en lugar de navegar en un barco, Unai encontró a su amigo Tomás, que estaba entrenando en la cancha de basket.

"-¿Querés jugar un rato antes de la aventura?", le preguntó Tomás.

"-Claro, pero después hay que buscar un tesoro!" respondió Unai, emocionado. Los dos amigos comenzaron a lanzar el balón, mostrando sus mejores tiros. Unai no se dio cuenta de que el juego se extendía más de lo que había planeado, y antes de que se diera cuenta, el sol ya comenzaba a ponerse.

"-¡Oh no! Se me fue el tiempo!", dijo Unai. Pero en ese momento, una idea brillante surgió en su mente. "-Podemos armar un mapa del tesoro!" propuso.

"-¿Cómo hacemos eso?" preguntó Tomás, intrigado. Unai pensó un momento y luego dijo: "-Vamos a dibujar nuestro propio mapa, basado en la cancha de basket!"

Ambos amigos se pusieron manos a la obra, dibujando un gran mapa en una hoja de papel. Escribieron pistas y señalaron lugares importantes, como el aro de basket, el banco de los suplentes y la canasta del árbol. Una vez terminado el mapa, se despidieron de sus familias y prometieron regresar al amanecer para iniciar su búsqueda.

Al día siguiente, armados con el mapa, Unai y Tomás comenzaron su aventura. "-Primera pista: donde los sueños se encestan," leyó Unai.

"-¡El aro de basket!", exclamó Tomás. Caminando juntos hacia la cancha, encontraron una caja pequeña escondida detrás de la red. Unai la abrió con cautela y encontró un papel dentro. "-¡Es un acertijo!", dijo emocionado.

El acertijo decía: "En el lugar donde las estrellas brillan y los héroes hacen movimientos. Ahí encontrarás lo que buscas."

"-Puede ser la clase de taekwondo!", sugirió Unai. "-Vamos!"

Cruzaron rápidamente a la escuela de artes marciales, donde entrenaban todos los lunes y miércoles. Una vez allí, buscaron debajo de los tatamis y entre las mochilas. Unai se sintió un poco más valiente conocido como "el pequeño pirata" en el dojo.

"-¡Mirá!", gritó Tomás cuando encontró otra caja. Unai la abrió con fruición, y esta vez había una pelota de basket adentro. "-¿Y esto qué es?", preguntó Tomás.

"-¡Mmm, creo que hay más en esta búsqueda de tesoro!", respondió Unai. Uno tras otro, fueron resolviendo acertijos, cada uno llevándolos a un nuevo lugar: el parque, la biblioteca y la heladería del barrio, donde cada hallazgo les enseñaba un valor significativo - la amistad, el trabajo en equipo y la importancia de seguir esfuerzos juntos.

Pero la última pista era diferente. Decía: "El verdadero tesoro no se puede ver, se siente en el corazón. Para encontrarlo, busca donde se guardan tus grandes sueños y amistades".

"-Eso suena a nuestra cancha de basket!", dijo Unai. Regresaron a la cancha, llenos de emoción. En el aro, vieron algo colgando. Era una medalla de oro con la inscripción: 'Campeones de la amistad'.

"-Wow, hicimos un gran equipo!", dijo Tomás, mientras Unai sonreía. Comprendieron que el verdadero tesoro era la aventura y la amistad que habían compartido.

"-Nunca vamos a dejar de ser un equipo", aseguró Unai mientras se abrazaban. Y así, aunque no encontraron riquezas materiales, se llevaron un valioso recuerdo que siempre llevarían en su corazón.

Desde el día de su aventura, Unai y Tomás siguieron explorando, jugando a basket y entrenando en taekwondo, pero con una nueva visión, entendiendo que la verdadera riqueza está en los momentos vividos y en los lazos que forman.

FIN.

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