Uñas de colores



Había una vez una niña llamada Greta, a quien le encantaba jugar todo el día. Pero tenía un mal hábito: morderse las uñas.

Sus padres intentaron muchas veces hacerle entender que eso no era bueno para ella, pero Greta no podía dejar de hacerlo. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, notó que sus uñas estaban muy cortas y lastimadas por haberlas mordido tanto.

Se sintió triste y avergonzada porque todos los demás tenían unas uñas bonitas y largas. Greta decidió buscar una solución a su problema y se acercó a su amiga Niña, quien siempre tenía ideas creativas para resolver situaciones difíciles.

Le contó sobre su hábito de morderse las uñas y cómo se sentía al respecto. Niña pensó por un momento y luego dijo: "Greta, tengo una idea genial que te ayudará a dejar de morderte las uñas".

Ambas se emocionaron y decidieron poner en práctica la idea lo más pronto posible. Al día siguiente, Niña invitó a Greta a su casa para jugar. Cuando llegaron, Niña sacó una caja llena de colores brillantes y pinceles. "¿Qué vamos a hacer con esto?", preguntó Greta curiosa.

Niña sonrió y le explicó: "Vamos a pintar nuestras uñas con estos hermosos colores. Si tienes tus uñas pintadas, será mucho más difícil morderlas". Greta estaba emocionada por probar algo nuevo e interesante.

Las dos amigas comenzaron a pintarse las uñas con diseños divertidos y llamativos. A medida que Greta veía cómo sus uñas se transformaban en pequeñas obras de arte, sentía cada vez menos ganas de morderlas. Pasaron los días y Greta seguía pintándose las uñas con Niña.

Poco a poco, el hábito de morderse las uñas comenzó a desaparecer. Greta se dio cuenta de que jugar y divertirse con su amiga era mucho más gratificante que morderse las uñas.

Un día, mientras estaban jugando en el parque, un niño se acercó a Greta y le dijo: "¡Wow! Tus uñas son realmente hermosas". Greta sonrió orgullosa y le contó sobre su problema anterior.

El niño quedó impresionado por la fuerza de voluntad de Greta para superar ese mal hábito. Desde ese momento, Greta decidió ayudar a otros niños que también tenían problemas similares. Comenzó a compartir su historia y les enseñaba cómo pintarse las uñas como una forma divertida de dejar de morderlas.

La historia de Greta se volvió muy conocida en el vecindario, y muchos niños empezaron a buscarla para aprender sobre su método infalible para dejar atrás el hábito dañino.

Greta aprendió que cuando compartes tus experiencias e ideas con los demás, puedes inspirarlos y ayudarlos a superar sus propios desafíos. Y así fue como ella descubrió que jugar no solo era divertido, sino también una oportunidad para crecer y hacer del mundo un lugar mejor.

Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!