Under the Starry Umbrella



Había una vez una niña llamada Florencia, a quien le encantaba viajar y descubrir nuevos lugares. Un día, decidió emprender un viaje muy especial: iría al país de los paraguas.

Florencia era una niña muy curiosa y creativa, siempre buscando aventuras en cada rincón. Por eso, no le sorprendió cuando encontró un libro antiguo que hablaba sobre el país de los paraguas.

Según la historia del libro, en ese lugar mágico vivían seres increíbles y los días eran siempre soleados gracias a sus maravillosos paraguas. Sin pensarlo dos veces, Florencia empacó su mochila con ropa cómoda y suficiente comida para el viaje.

Además, no podía olvidar llevar su paraguas favorito: uno colorido y lleno de estrellas brillantes. Llegó al aeropuerto emocionada por la aventura que estaba por comenzar. Abordó el avión y se sentó junto a un señor muy amable que también estaba interesado en visitar el país de los paraguas.

El vuelo fue largo pero entretenido. Florencia aprovechó para leer más sobre aquel mágico lugar mientras conversaba con su nuevo amigo. Al llegar al destino final, ambos bajaron del avión ansiosos por descubrir lo que les esperaba.

Al salir del aeropuerto, notaron algo extraño: ¡todas las personas llevaban consigo un paraguas! No importaba si hacía sol o llovía torrencialmente; todos caminaban cubiertos bajo sus coloridos paraguas. "¡Qué divertido!"- exclamó Florencia mientras abría su paraguas estrellado.

El señor sonrió y le explicó que en el país de los paraguas, cada persona tenía su propio paraguas especial. Era una tradición muy antigua que les recordaba siempre la importancia de protegerse y cuidar de lo que es suyo.

Florencia y el señor comenzaron a explorar aquel lugar mágico. Se adentraron en un hermoso bosque lleno de árboles gigantes con hojas en forma de paraguas. Los pájaros cantaban melodías alegres mientras volaban entre las ramas, protegidos por sus propios paraguas.

De repente, escucharon risas provenientes de un prado cercano. Se acercaron cautelosos y descubrieron a un grupo de niños jugando bajo la lluvia con sus coloridos paraguas. Saltaban y reían sin preocuparse por mojarse, ya que sus paraguas los protegían.

Florencia decidió unirse al juego y se divirtió como nunca antes. Saltaba sobre charcos, giraba bajo las gotitas de agua y compartía risas con los demás niños del país de los paraguas.

Pasaron días maravillosos explorando cada rincón del país mágico. Florencia aprendió muchas cosas sobre la importancia de cuidar lo propio, pero también comprendió que a veces es necesario abrirse al mundo y compartir momentos especiales con otras personas.

Un día, cuando estaba a punto de regresar a casa, Florencia encontró una sorpresa esperándola: ¡un nuevo amigo! Era un niño llamado Mateo quien había perdido su paraguas y no sabía cómo regresar a casa.

Florencia recordó lo que había aprendido en el país de los paraguas y le ofreció compartir su paraguas estrellado con él. Juntos, caminaron bajo la lluvia hacia el aeropuerto, riendo y charlando como viejos amigos. Al llegar al aeropuerto, Florencia se despidió de Mateo con cariño y prometieron mantenerse en contacto.

Subió al avión con una sonrisa en el rostro, sabiendo que había vivido una aventura inolvidable y había hecho un nuevo amigo gracias a su paraguas estrellado.

Y así, Florencia volvió a casa llena de alegría y con muchas historias para contar. Siempre recordaría aquel maravilloso viaje al país de los paraguas, donde descubrió la importancia de proteger lo propio pero también la magia que surge cuando compartimos momentos especiales con los demás.

FIN.

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