Unicornios del Arcoíris



En un mágico bosque lleno de flores de todos los colores, vivían tres unicornios amigos: Lila, el unicornio violetas; Tino, el unicornio azul, y Pipo, el unicornio amarillo. Cada uno tenía un cuerno que brillaba con un color especial y un corazón lleno de amor y alegría.

Un día, mientras jugaban en el prado, Lila dijo:

"¡Miren, amigos! ¡Hoy el sol brilla más que nunca! ¿Qué hacemos?"

Tino, siempre lleno de ideas, propuso:

"¡Hagamos un arcoíris! Pero para eso, necesitamos ayuda. ¿Quién se unirá a nosotros?"

Así que decidieron invitar a todos los habitantes del bosque: los pájaros, las mariposas y hasta los pequeños conejitos.

Al empezar a construir el arcoíris, notaron que no tenían suficiente luz del sol. Lila, preocupada, exclamó:

"¿Y si el sol no sale más? ¡Nuestro arcoíris no podrá brillar!"

Pero Tino, que siempre veía el lado positivo, respondió:

"No te preocupes, Lila. Si trabajamos juntos, encontraremos una solución. ¿Qué tal si jugamos y hacemos que el sol se sienta feliz?"

Así, los tres unicornios empezaron a cantar y bailar. Pronto, otros animales se unieron a ellos. Juntos formaron un gran círculo, llenando el aire con risas y música.

Mientras todos se divertían, el sol comenzó a asomarse por detrás de las nubes. Pipo, que tenía una visión muy buena, gritó:

"¡Miren, está saliendo! ¡Sigan bailando!"

Continuaron jugando hasta que el sol apareció por completo, enviando sus rayos dorados a través del bosque. Al mismo tiempo, cuando el sol iluminó sus cuernos coloridos, algo mágico comenzó a suceder.

Un precioso arcoíris surgió en el cielo, formando un puente brillante entre el bosque y las nubes.

"¡Lo logramos, amigos!" - gritó Lila, emocionada.

Tino sonrió y dijo:

"Este arcoíris es nuestra obra en equipo. ¿Vieron cómo juntos hicimos que el sol quisiera salir?"

Pero de repente, una nube gris apareció y empezó a cubrir el arcoíris.

"¡Oh no! La nube no nos dejará ver el arcoíris!" - dijo Pipo, preocupado.

Lila, inspirada, sugirió:

"No dejemos que eso nos detenga, amigos. ¡Podemos hacer que la nube se sienta alegre!"

Así que los unicornios y los animales comenzaron a contar chistes y a hacer piruetas. La nube, al escuchar las risas, empezó a reirse también.

"¡Es muy divertido jugar con ustedes!" - dijo la nube, disolviéndose lentamente.

En un instante, el cielo volvió a ser claro y el arcoíris brilló como nunca. Todos aplaudieron y celebraron su alegría juntos.

"¡Hicimos un gran trabajo!" - exclamó Tino.

Y así, los tres unicornios amigos aprendieron que la verdadera magia está en la amistad y en trabajar juntos para superar cualquier obstáculo. Cada vez que miraban al cielo, el arcoíris les recordaba su hermoso día.

Desde entonces, los unicornios se encontraron siempre para jugar y buscan nuevas aventuras, sabiendo que mientras estuvieran juntos, no había nada que no pudieran lograr.

FIN.

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