Unidas por la amistad


En un pequeño pueblo argentino llamado Villa Esperanza, había un kínder muy especial. En este kínder, las niñas y niños tenían la oportunidad de aprender un nuevo idioma desde temprana edad.

La maestra, la señorita Ana, era una mujer amable y paciente que les enseñaba inglés a través de juegos y canciones. Un día llegaron dos nuevas alumnas al kínder: Sofía y Valentina. Ellas eran hermanas y habían venido de otro país.

Al principio se sentían un poco asustadas por no entender el idioma ni conocer a nadie, pero la señorita Ana las recibió con los brazos abiertos y les explicó que en su salón todos aprenderían juntos a comunicarse en inglés.

Sofía y Valentina se esforzaban mucho por entender las palabras nuevas y pronunciarlas correctamente. A veces se frustraban porque les costaba trabajo, pero la señorita Ana siempre las animaba diciéndoles: "Poco a poco van a ir mejorando, lo importante es no rendirse".

Un día, durante el recreo, Sofía y Valentina conocieron a Martina, una niña del pueblo que también estaba aprendiendo inglés por primera vez. Las tres se hicieron amigas rápidamente y decidieron practicar juntas lo que aprendían en clase.

"Let" s play together and speak in English!" exclamó Martina emocionada. Las tres niñas jugaron al escondite mientras hablaban en inglés e intercambiaban palabras nuevas entre risas y diversión.

Poco a poco fueron perdiendo el miedo a cometer errores y ganando confianza en sí mismas. Un día, la señorita Ana anunció que iban a participar en un concurso de talentos donde debían presentar una obra de teatro en inglés.

Sofía, Valentina y Martina estaban emocionadas con la idea pero también nerviosas por tener que actuar frente a toda la escuela. Durante semanas ensayaron su obra con dedicación y entusiasmo. Se ayudaban mutuamente cuando olvidaban alguna línea o no recordaban cómo decir cierta palabra en inglés.

Finalmente llegó el día del concurso de talentos. Las tres niñas subieron al escenario con los corazones latiendo rápido pero determinadas a dar lo mejor de sí mismas.

La obra comenzó y sorprendieron a todos con su actuación impecable y su fluidez al hablar en inglés. Al finalizar la función, recibieron una ovación de pie por parte del público. Esa noche celebraron su éxito comiendo helado junto a sus familias.

Estaban felices de haber superado sus miedos y demostrado que con esfuerzo todo se puede lograr. Desde entonces, Sofía, Valentina y Martina siguieron siendo grandes amigas e inspiración para todos en Villa Esperanza.

Y así demostraron que cuando se tiene valentía, perseverancia y amigos que apoyen, ¡no hay límite para lo que se puede alcanzar!

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