Unidos contra el miedo



Había una vez una niña llamada Mia que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Mia era una niña muy inteligente y creativa, pero tenía un problema: le tenía miedo a todo.

Le daba miedo la oscuridad, los ruidos fuertes, los perros grandes e incluso las arañas pequeñitas. Mia pasaba muchas noches despierta, temblando bajo las sábanas y mirando debajo de su cama con mucho miedo.

Un día, mientras Mia estaba escondida bajo sus mantas, algo increíble ocurrió: ¡un monstruo apareció debajo de su cama! El monstruo se llamaba Max y tenía un aspecto espeluznante con su piel verde y sus afilados dientes. Pero en lugar de asustar a Mia, Max parecía amable y simpático.

Tenía unos ojos enormes llenos de ternura. "Hola, Mia", dijo el monstruo con voz suave. "He venido para ayudarte a superar tus miedos". Mia estaba sorprendida pero también curiosa por saber cómo podría ayudarla aquel monstruo tan peculiar.

Max explicó que él había sido como ella en algún momento. También había tenido muchos miedos hasta que decidió enfrentarlos uno por uno. Ahora quería compartir sus conocimientos con Mia para que ella pudiera hacer lo mismo.

Juntos comenzaron a trabajar en superar los miedos de Mia. El primer paso fue enfrentarse al miedo a la oscuridad.

Max le enseñó a Mia que podían encender una linterna juntos y explorar la habitación sin tener que sentirse asustada. Después, llegó el turno del miedo a los ruidos fuertes.

Max le mostró a Mia que podían hacer una lista de sonidos que le asustaban y luego escucharlos juntos en un volumen bajo, poco a poco aumentando hasta que Mia se sintiera más cómoda. Con cada miedo superado, Mia se sentía más valiente y confiada. Pero había un último miedo muy grande que aún quedaba por enfrentar: el miedo a las arañas pequeñitas.

Max sabía que este era uno de los mayores temores de Mia, así que decidió idear un plan especial. Juntos construyeron una casa para arañas en el jardín trasero.

Max explicó a Mia cómo las arañas ayudaban al ecosistema y lo importantes que eran para mantener alejados a otros insectos dañinos. Poco a poco, Mia comenzó a entender mejor la importancia de las arañas y perdió el miedo hacia ellas.

Aprendió incluso algunas cosas interesantes sobre sus telarañas y su forma de cazar. Con todos sus miedos superados gracias a la ayuda del monstruo Max, Mia se convirtió en una niña valiente y segura de sí misma.

Ahora podía disfrutar plenamente de todas las maravillas del mundo sin tener ningún temor. Un día, mientras estaba jugando en el parque con sus amigos, vio algo inesperado: otro niño asustado debajo del tobogán llorando porque tenía pavor a los columpios altos.

Mia recordó cómo se había sentido ella antes de conocer al amigable monstruo Max y decidió acercarse al niño para ayudarlo. Le contó su historia y cómo había superado sus miedos, dándole ánimos y consejos.

Desde ese día, Mia se convirtió en una gran defensora de los niños que tenían miedo. Ayudó a muchos pequeños a enfrentar sus temores y descubrir su valentía interior.

Y todo gracias al monstruo Max, quien le enseñó que los miedos no son más fuertes que nosotros si decidimos enfrentarlos con coraje y determinación. Y así, Mia y Max demostraron al mundo que la amistad y el apoyo pueden ayudarnos a superar cualquier obstáculo.

Juntos formaron un equipo imparable que inspiraba a todos aquellos que necesitaban un poco de valentía en sus vidas.

FIN.

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