Unidos contra las hienas
Érase una vez en la selva, un elefante llamado Tronco. Era el elefante más grande y fuerte de todos, pero también era muy sabio y amable.
Junto a él vivía su mejor amigo, Ratoncito, un pequeño ratón con un gran corazón valiente. Aunque Ratoncito era diminuto en comparación con Tronco, eso no le impedía ser audaz y enfrentar cualquier desafío que se presentara en la selva.
Además, tenía habilidades especiales para escalar árboles y moverse rápidamente por lugares estrechos. Un día, mientras exploraban juntos la selva, Tronco y Ratoncito se encontraron con una situación inesperada. Un grupo de animales estaba siendo acosado por una manada de hienas malvadas.
Los pobres animales estaban asustados y necesitaban ayuda. Sin pensarlo dos veces, Tronco decidió liderar a los demás animales para enfrentar a las hienas.
Pero antes de comenzar la batalla, Ratoncito propuso una estrategia ingeniosa:"-Tronco, ¿por qué no me subo a tu espalda? Así podré llegar hasta las hienas sin que me vean venir. "Tronco aceptó encantado la idea del pequeño ratón valiente. Juntos formaron un equipo imparable: el gigantesco elefante como fuerza principal y el astuto ratón como apoyo estratégico.
Cuando llegaron al lugar donde estaban las hienas causando problemas, Ratoncito saltó de la espalda de Tronco directo hacia ellas. Las hienas quedaron asombradas al ver a un ratón tan valiente y decidieron huir despavoridas.
Los demás animales, que habían observado la increíble hazaña de Tronco y Ratoncito, se acercaron para agradecerles. Estaban maravillados por su coraje y habilidades únicas.
A partir de ese día, Tronco se convirtió en el líder de la selva y Ratoncito se convirtió en su consejero más cercano. Juntos, trabajaron para mantener la paz y armonía entre todos los habitantes de la selva. Tronco aprendió que no importa cuán grande o fuerte seas, siempre es importante escuchar las ideas de los demás y trabajar en equipo.
Además, descubrió que cada ser vivo tiene habilidades especiales que pueden ayudar a resolver problemas. Ratoncito también aprendió mucho de esta experiencia.
Aprendió que no importa cuán pequeño seas, siempre puedes tener un impacto positivo si eres valiente y confías en tus propias habilidades. Con el tiempo, Tronco y Ratoncito se convirtieron en leyendas vivientes dentro de la selva. Su amistad inquebrantable inspiró a otros animales a trabajar juntos sin importar sus diferencias.
Y así fue como este elefante sabio y este ratón valiente demostraron al mundo que el verdadero liderazgo no depende del tamaño o la apariencia física, sino del coraje, la inteligencia y el respeto hacia los demás.
FIN.