Unidos en la adversidad



Era un día soleado en la escuela de Ceci y Ruth. Las dos amigas estaban jugando en el patio durante el recreo cuando de repente, tropezaron con una piedra y cayeron al suelo.

Ceci se raspó la rodilla y Ruth se torció el tobillo. Ambas comenzaron a llorar y sus compañeros de clase corrieron para ayudarlas. La maestra acudió rápidamente para ver qué había pasado. Al ver a las niñas heridas, les preguntó qué había sucedido.

"Nos caímos", respondió Ceci entre sollozos. "¿Están bien?", preguntó la maestra preocupada. "Me duele mucho", dijo Ruth mientras señalaba su tobillo hinchado. La maestra llamó a la enfermera del colegio para que atendiera a las niñas.

Mientras tanto, los demás niños trataban de consolarlas. Después de unos minutos, llegó la enfermera y examinó las heridas de Ceci y Ruth.

Les aplicó vendajes en la rodilla y el tobillo respectivamente e indicó que debían quedarse en reposo por un tiempo para recuperarse completamente. A partir de ese día, Ceci y Ruth aprendieron una gran lección: siempre hay que tener cuidado al caminar o correr por lugares donde hay obstáculos como piedras o ramitas.

Además, descubrieron lo importante que es tener amigos solidarios que te ayuden cuando tienes un problema. Los días siguientes fueron difíciles para ellas ya que no podían jugar juntas como antes debido a sus lesiones; pero esto no detuvo su amistad ni su espíritu aventurero.

En lugar de jugar en el patio, comenzaron a leer libros juntas y a hacer manualidades. También aprendieron nuevas habilidades como tocar la guitarra o cocinar.

Finalmente, cuando las lesiones sanaron, Ceci y Ruth regresaron al patio de la escuela con más precaución. Ahora, se aseguraban de mirar hacia dónde iban para evitar tropezar nuevamente.

Pero lo más importante fue que su amistad creció aún más fuerte después de esa experiencia y aprendieron que siempre pueden adaptarse ante cualquier situación difícil.

FIN.

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