Unidos en la amistad


Era un soleado y emocionante día de septiembre, el primer día de instituto para Laura y Raül. Ambos estaban llenos de nerviosismo y emoción mientras se preparaban para enfrentar nuevos desafíos y hacer nuevos amigos.

Laura era una niña extrovertida y siempre estaba ansiosa por conocer a nuevas personas. Raül, en cambio, era más tímido y le costaba un poco más socializar. Pero ambos compartían la misma ilusión por aprender cosas nuevas.

Cuando llegaron al instituto, se encontraron con un grupo bullicioso de estudiantes que reían y charlaban entre ellos. A Laura le encantó la energía del lugar, pero a Raül le pareció abrumador.

Mientras caminaban por los pasillos, una chica llamada Sofía se acercó a ellos con una sonrisa amigable en su rostro. Era alta, con cabello rizado castaño oscuro y ojos brillantes como luceros. "¡Hola chicos! ¿Son nuevos aquí?", preguntó Sofía con entusiasmo. Laura respondió rápidamente: "Sí, somos nuevos.

Soy Laura y él es Raül". Sofía les dio la bienvenida al instituto e inmediatamente comenzaron a conversar sobre sus clases, intereses comunes y actividades extracurriculares.

Se dieron cuenta de que tenían mucho en común: les gustaba el arte, disfrutaban del fútbol e incluso compartían el amor por los animales. A medida que avanzaba el día, Laura presentó a Raül a varios de sus compañeros de clase.

Todos fueron muy amables con él e hicieron todo lo posible para incluirlo en las conversaciones y actividades. Raül se sintió agradecido por la amabilidad de sus nuevos amigos. Durante la hora del almuerzo, Laura, Raül y Sofía decidieron sentarse juntos en una mesa.

Mientras disfrutaban de su comida, notaron a un niño llamado Martín sentado solo en una esquina. Parecía triste y solitario. Laura se acercó a él con una sonrisa y le preguntó: "¿Quieres unirte a nosotros? Tenemos un lugar para ti".

Martín levantó la cabeza sorprendido pero felizmente aceptó la invitación. A medida que el grupo crecía, comenzaron a compartir risas, historias divertidas y consejos sobre cómo navegar por el instituto. Con el tiempo, Laura, Raül, Sofía y Martín se convirtieron en inseparables.

Juntos enfrentaron los desafíos académicos y las dificultades sociales que surgieron durante ese primer año de instituto. Aprendieron que todos somos diferentes en nuestra propia manera especial, pero eso no nos hace menos valiosos o dignos de amistad.

Descubrieron que mostrar bondad hacia los demás puede marcar una gran diferencia en sus vidas y en las vidas de aquellos que los rodean.

Al final del año escolar, Laura, Raül, Sofía y Martín miraron hacia atrás con gratitud por todas las experiencias compartidas juntos. Se habían convertido en amigos para siempre gracias al poder de la amabilidad y la inclusión.

Y así fue como Laura y Raül aprendieron una lección importante: nunca subestimes el impacto positivo que puedes tener en la vida de alguien simplemente extendiendo tu mano y ofreciendo amistad.

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