Unidos por el amor



Había una vez en un pueblo muy alegre y colorido, una niña llamada Lola.

Lola era conocida por ser samba, greñuda y un poco loca, pero lo que más le gustaba en el mundo era bailar al ritmo de la música y cuidar de los patos que vivían en el lago del pueblo. Un día, mientras paseaba por el parque, Lola escuchó unos tristes graznidos que venían del lago.

Se acercó corriendo y vio a un patito atrapado entre unas ramas. Sin dudarlo ni un segundo, Lola se metió al agua y rescató al patito. Desde ese momento, los dos se volvieron inseparables. "¡Gracias por salvarme!", dijo el patito con voz temblorosa.

"No hay de qué, pequeño amigo. ¿Cómo te llamas?", preguntó Lola con una sonrisa. "Me llamo Panchito", respondió el patito. Desde ese día, Lola y Panchito se convirtieron en los mejores amigos.

Juntos bailaban samba junto al lago y cuidaban de los demás patitos. Pero un día, algo inesperado sucedió: Panchito desapareció. Lola buscó por todas partes pero no encontraba rastro de su amigo. Estaba muy preocupada y triste.

Fue entonces cuando decidió pedir ayuda a sus vecinos del pueblo para buscar a Panchito. "¡Vecinos! ¡Ayúdenme a encontrar a mi querido Panchito! Lo extraño mucho", exclamó Lola con lágrimas en los ojos. "¡Claro que sí, Lola! ¡Vamos a buscarlo juntos!", respondieron todos los vecinos al unísono.

Así comenzaron la búsqueda de Panchito por todo el pueblo. Recorrieron calles, plazas e incluso visitaron lugares donde nunca habían estado antes. Hasta que finalmente, después de mucho buscar, encontraron a Panchito en lo alto de un árbol.

Pero había un problema: Panchito tenía miedo de bajar porque nunca lo había hecho antes. Lola recordó todas las veces que había superado sus propios miedos bailando samba y decidió ayudar a su amigo a vencer el suyo. "Tranquilo, Panchito.

Yo estaré abajo esperándote para atraparte si caes", dijo Lola con voz calmada. Poco a poco, con valentía y confianza en su amiga Lola, Panchito comenzó a descender del árbol hasta llegar sano y salvo a sus brazos.

Todos los vecinos aplaudieron emocionados al ver la valentía de ambos amigos. Desde ese día, cada vez que alguien del pueblo sentía miedo o tristeza recordaba la historia de cómo Lola ayudó a Panchito a superar sus miedos.

Y así fue como la niña samba greñuda demostró que con amor, valentía y amistad se pueden superar cualquier obstáculo en la vida. Y aunque parezca imposible lograrlo... ¡Todo es posible si tienes fe!

FIN.

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