Unidos por la Magia



Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos y montañas. Lucas era un niño muy alegre y siempre llevaba consigo su globo favorito, al que había bautizado como —"Felicidad" .

Este globo era especial, ya que tenía la capacidad de cambiar de colores según el estado de ánimo de Lucas.

Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo con Felicidad en mano, Lucas vio a un grupo de niños jugando en el campo. Se acercó a ellos con curiosidad y les preguntó si podía unirse a su juego.

Los niños lo miraron con desconfianza al ver su globo mágico y uno de ellos dijo:"No puedes jugar con nosotros, tu globo es raro". Lucas se sintió triste y decepcionado al escuchar esas palabras. Sin embargo, decidió no dejarse llevar por las críticas y siguió caminando por el parque con Felicidad flotando junto a él.

Mientras tanto, en un rincón del parque, una niña llamada Valentina observaba la escena desde lejos. Ella también se sentía diferente a los demás niños porque tenía problemas para hablar correctamente.

Valentina estaba fascinada por el globo mágico de Lucas y decidió acercarse. —"Hola" , dijo tímidamente Valentina. "¡Hola!", respondió Lucas emocionado al verla acercarse. Valentina señaló hacia el globo y preguntó:"¿Puedo tocarlo?"Lucas asintió con una sonrisa y Valentina estiró sus manitos para rozar la superficie del globo.

En ese mismo instante, Felicidad cambió de color y se volvió de un tono brillante y radiante. "¡Es hermoso!", exclamó Valentina emocionada. Desde ese día, Lucas y Valentina se convirtieron en los mejores amigos.

Juntos, exploraron el mundo maravilloso que Felicidad les mostraba a través de sus colores mágicos. Descubrieron que cuando jugaban juntos, el globo cambiaba a un color amarillo brillante, representando la alegría y la diversión que compartían.

Un día, mientras jugaban en el parque con otros niños del pueblo, uno de ellos se burló de Valentina por su dificultad para hablar correctamente. Lucas sintió una gran indignación y decidió defender a su amiga. "¡No te burles de ella!", exclamó Lucas con valentía.

"Todos somos diferentes y eso es lo que nos hace únicos". Los demás niños se quedaron sorprendidos al escuchar las palabras de Lucas y poco a poco comenzaron a comprender la importancia de aceptar las diferencias entre ellos.

El globo Felicidad cambió a un color verde esperanza, simbolizando la amistad y la tolerancia que habían aprendido aquel día. Desde entonces, todos los niños del pueblo jugaron juntos sin importar sus diferencias o peculiaridades.

Aprendieron el valor de respetarse mutuamente y celebrar la diversidad como algo hermoso. Lucas entendió que no importaba si su globo era diferente o raro para algunos; lo importante era cómo utilizaba esa diferencia para hacer feliz a los demás.

Y así fue como él, Valentina y los demás niños del pueblo vivieron muchas aventuras llenas de colores, risas y amistad, siempre acompañados por su querido globo Felicidad. Y colorín colorado, esta historia de amistad y aceptación ha terminado.

FIN.

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