Unidos por la Naturaleza


Había una vez un guardián llamado Mateo, que tenía la importante misión de cuidar el bosque, las flores, los animales, las montañas y los ríos.

Mateo era un hombre amable y sabio, siempre dispuesto a ayudar a todos los seres vivos que habitaban en su territorio. Un día, mientras paseaba por el bosque, Mateo escuchó un llanto desconsolado. Se acercó sigilosamente y encontró a una pequeña ardilla atrapada en una red abandonada por unos cazadores furtivos.

"No te preocupes, pequeña ardilla. ¡Voy a liberarte!"- dijo Mateo con dulzura. Con mucho cuidado, Mateo cortó la red con su cuchillo y la ardilla quedó libre.

La pequeña criatura le dio las gracias saltando de alegría y corrió hacia su hogar en busca de su familia. A partir de ese día, los animales del bosque reconocieron a Mateo como su protector y amigo. Siempre que necesitaban ayuda o estaban en peligro, sabían que podían contar con él.

Pero no todo era paz y tranquilidad en el bosque. Un grupo de leñadores había llegado para talar árboles sin control alguno. Los animales temblaban de miedo al ver cómo sus hogares eran destruidos poco a poco.

Mateo decidió enfrentarse a los leñadores para detenerlos y proteger el bosque que tanto amaba. Se presentó ante ellos con valentía e intentó explicarles lo importante que era conservar la naturaleza.

"¡Deténganse! El bosque es nuestro hogar y el de muchos otros seres vivos. Si siguen talando los árboles, no habrá más refugio para ellos"- les dijo Mateo con voz firme. Los leñadores, al principio, se rieron de él y continuaron su trabajo.

Sin embargo, Mateo no se dio por vencido y decidió tomar cartas en el asunto. Reunió a todos los animales del bosque y juntos planearon un plan para detener a los leñadores.

Una noche, mientras los leñadores dormían plácidamente en sus carpas, Mateo y los animales pusieron en marcha su plan. Los pájaros comenzaron a cantar tan fuerte que despertaron a todos. Los conejos saltaban entre las carpas asustando a los leñadores, mientras que las ardillas lanzaban nueces sobre ellos.

"¡Estamos siendo atacados! ¡Huyamos!"- gritaban los leñadores desesperados. Asustados por la situación, decidieron abandonar el bosque y nunca más volver. Desde ese día, Mateo se convirtió en el héroe del bosque.

Los animales lo admiraban aún más por su valentía y determinación para protegerlos. Juntos reconstruyeron las zonas dañadas por la tala ilegal de árboles e instalaron señales para prevenir futuros problemas.

El bosque volvió a florecer con mayor esplendor que nunca antes gracias al cuidado constante de Mateo y la ayuda de todos sus amigos animales. Y así fue como Mateo enseñó una importante lección: cuando nos unimos y luchamos por lo que amamos, podemos lograr grandes cosas y proteger aquello que nos importa.

El bosque, las flores, los animales, las montañas y los ríos estaban a salvo gracias al valiente guardián y su compromiso inquebrantable con la naturaleza. Y colorín colorado, esta historia de amor por la naturaleza ha terminado.

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