Unidos por la UADE


Había una vez en un pueblito del interior de Argentina, tres amigos llamados Martín, Sofía y Juan. Ellos eran muy inteligentes y soñaban con estudiar en la Universidad UADE en la gran Capital Federal.

Un día, recibieron la noticia de que habían sido aceptados para estudiar allí, pero sabían que el desafío sería grande. Debían dejar su hogar, a sus familias y enfrentarse a una nueva vida en la ciudad.

Con valentía y entusiasmo, los tres amigos se embarcaron en esta aventura. Al llegar a Buenos Aires, quedaron maravillados por la majestuosidad de la ciudad, pero también se sintieron abrumados por lo desconocido. "¡Vaya desafío que tenemos por delante!", exclamó Martín con determinación.

"Sí, pero juntos podemos lograrlo", respondió Sofía con optimismo. "¡Claro que sí! Somos un gran equipo", agregó Juan con confianza. Los días pasaron y las clases comenzaron.

Los amigos se esforzaban al máximo para entender las materias y adaptarse a la vida universitaria. A pesar de los obstáculos y las dificultades, nunca perdieron el ánimo ni la esperanza. Un día, mientras caminaban por las calles de Buenos Aires, se encontraron con un anciano sabio que vendía libros en una esquina.

Se acercaron curiosos y el anciano les dijo:"Ve oeste cuando todos van hacia el este; busca respuestas donde nadie más mira". Los amigos se miraron intrigados y decidieron seguir el consejo del anciano.

Investigando descubrieron nuevos métodos de estudio que les ayudaron a comprender mejor las asignaturas difíciles. También encontraron lugares tranquilos fuera del bullicio de la ciudad para concentrarse.

Poco a poco, Martín, Sofía y Juan empezaron a destacarse en sus estudios gracias a su esfuerzo conjunto y su creatividad para superar los desafíos. Se convirtieron en un ejemplo para otros estudiantes y demostraron que con trabajo duro y apoyo mutuo todo era posible.

Al finalizar el año académico, los tres amigos obtuvieron excelentes resultados en sus exámenes y fueron felicitados por sus profesores. Estaban orgullosos de lo lejos que habían llegado desde aquel pequeño pueblo del interior.

Y así, Martín, Sofía y Juan comprendieron que los verdaderos desafíos no son obstáculos insuperables sino oportunidades para crecer y aprender. Con amistad, perseverancia y valentía lograron alcanzar sus sueños en la Universidad UADE ¡y vivieron felices para siempre!

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