Unidos por Siempre
Había una vez en una casa muy grande y colorida, un calcetín llamado Calcetínito que estaba muy triste.
¿Por qué estaba triste? Porque su pareja, Calcetina, se había perdido en algún lugar de la casa y no podía encontrarla por más que buscaba y buscaba. Calcetínito decidió emprender la búsqueda de su amada Calcetina.
Se puso en marcha recorriendo cada rincón de la casa, pasando por debajo de los muebles, dentro de los cajones y hasta en el fondo del armario. Pero no había rastro de ella por ningún lado. "¡Calcetina! ¿Dónde estás?" -llamaba Calcetínito con angustia mientras seguía buscando sin descanso.
En su camino, se encontró con otros objetos perdidos como un lápiz sin punta, una moneda olvidada y un juguete roto. Todos le contaban historias sobre cómo se habían extraviado y cómo anhelaban volver a ser útiles para sus dueños.
Esto hizo reflexionar a Calcetínito sobre lo importante que era estar completo junto a su pareja. Decidido a no darse por vencido, Calcetínito siguió explorando la casa. Fue entonces cuando escuchó desde el baño unos murmullos provenientes del cesto de la ropa sucia.
"¡Calcetina! ¡Soy yo, tu Calcetínito! ¡Estoy aquí para encontrarte!" -exclamó emocionado. Y entre montañas de prendas desordenadas, asomó la cabeza blanca y rosada de Calcetina con una sonrisa radiante.
"¡Calcetínito! ¡Al fin me encuentras! Estaba tan preocupada pensando que nunca más nos íbamos a ver" -dijo Calcetina emocionada al reencontrarse con su compañero. Los dos calcetines se abrazaron con fuerza, felices de estar juntos nuevamente. A partir de ese día prometieron cuidarse mutuamente para evitar volver a perderse otra vez.
La moraleja de esta historia es que juntos somos más fuertes y completos. Cuando nos apoyamos y nos cuidamos los unos a los otros, podemos superar cualquier obstáculo por difícil que parezca.
Y así, Calcetínito y Calceitna vivieron felices para siempre en esa acogedora casa llena de amor y unión.
FIN.