Uniendo a Villa Esperanza
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivían niños de diferentes culturas y nacionalidades. Allí, la interculturalidad se celebraba a través de las manifestaciones culturales en inglés.
En el centro del pueblo se encontraba una escuela muy especial llamada "La Casa de los Sueños". En esta escuela, los niños aprendían sobre diferentes países y culturas mientras practicaban el idioma inglés.
La directora de la escuela, la señorita Laura, creía firmemente en la importancia de la diversidad cultural y quería que sus alumnos se sintieran orgullosos de sus raíces. Un día, la señorita Laura decidió organizar un gran festival multicultural para mostrar las diferentes manifestaciones culturales en inglés.
Cada niño tendría que elegir un país y presentar algo representativo de su cultura durante el festival. Los días pasaron rápidamente y los niños estaban emocionados por prepararse para el festival.
María, una niña argentina con raíces italianas, decidió representar a Italia y presentaría una receta tradicional italiana: pizza casera. Por otro lado, Ahmed, un niño sirio refugiado en Villa Esperanza junto a su familia, eligió representar a Siria. Decidió compartir una danza tradicional conocida como —"Dabke" con todos sus compañeros.
El día del festival finalmente llegó. El patio de la escuela estaba lleno de coloridos puestos decorados con banderas y símbolos distintivos de cada país. Los padres orgullosos también asistieron al evento para apoyar a sus hijos.
María se acercó al puesto italiano con su deliciosa pizza casera. Mientras preparaba la masa y agregaba los ingredientes, los niños se acercaban con curiosidad y entusiasmo.
María les explicó cómo hacer una auténtica pizza italiana y todos disfrutaron de un pedazo caliente y delicioso. En otro rincón del patio, Ahmed comenzó a bailar el —"Dabke" junto a otros niños que se unieron a él.
Los movimientos enérgicos y las risas llenaron el aire mientras todos intentaban seguir el ritmo de la danza tradicional siria. El festival continuó con presentaciones de bailes folklóricos, canciones populares y demostraciones de artesanías típicas de diferentes países. Los niños estaban fascinados al ver la diversidad cultural presente en su pequeño pueblo.
Al final del festival, la señorita Laura reunió a todos los niños en el escenario principal. Estaba muy orgullosa de ellos por haber compartido sus culturas y manifestaciones culturales en inglés.
"Queridos niños", dijo emocionada la señorita Laura, "hoy hemos celebrado nuestra diversidad cultural y hemos aprendido mucho sobre nuestros compañeros. Gracias por compartir sus raíces con nosotros". Los padres aplaudieron orgullosos mientras los niños sonreían felices unos a otros.
Habían descubierto que aunque venían de diferentes lugares, hablaban diferentes idiomas y tenían costumbres distintas, podían conectarse a través del respeto mutuo y la interculturalidad.
A partir de ese día, Villa Esperanza se convirtió en un lugar donde las manifestaciones culturales en inglés eran valoradas como símbolos de unidad e inclusión. Los niños continuaron aprendiendo sobre el mundo a través de las historias y experiencias de sus compañeros, creando así un vínculo especial entre ellos.
Y así, la interculturalidad atravesó las manifestaciones culturales en inglés, dejando una huella indeleble en los corazones y mentes de los niños de Villa Esperanza.
FIN.