Uniendo Corazones

durante muchos años. Elmi amaba a sus abuelitos con todo su corazón y ellos la amaban a ella de igual manera. Un día, en la escuela, Elmi conoció a una niña llamada Ana.

Ana era nueva en el colegio y no conocía a nadie, así que Elmi decidió ser su amiga. Juntas jugaron en el recreo y compartieron sus meriendas.

Al día siguiente, cuando Ana llegó al colegio, se encontró con un grupo de niños que se burlaban de ella por ser nueva. Ana se sintió muy triste y asustada. Pero entonces apareció Elmi para defenderla: "Dejen de molestarla, ella es mi amiga", dijo valientemente.

A partir de ese momento, Ana y Elmi se convirtieron en las mejores amigas del mundo. Compartían todo juntas: los juegos, las risas y también los momentos difíciles. Un día, cuando estaban jugando en el parque, una señora mayor cayó al suelo mientras caminaba por la vereda cercana.

Las dos niñas corrieron inmediatamente hacia ella para ayudarla a levantarse. "¿Estás bien?", preguntaron preocupadas. La señora les respondió que sí pero que tenía dificultades para caminar debido a su edad avanzada.

Entonces Elmi tuvo una idea brillante: "Abuelito siempre dice que debemos ayudar a quienes lo necesitan.

¿Por qué no te llevamos hasta tu casa?"Y así fue como las dos niñas tomaron cada una un brazo de la señora mayor y la acompañaron hasta su hogar cercano. Desde aquel día, Ana aprendió mucho sobre bondad y generosidad gracias a Elmi. Juntas, continuaron ayudando a quienes lo necesitaban y haciendo el bien en su comunidad.

Con el tiempo, Elmi creció y se convirtió en una joven fuerte e independiente. Pero siempre recordó las enseñanzas de sus abuelitos y la amistad con Ana que le permitieron ser una persona mejor.

Y así, siguió siendo un ejemplo para los demás y viviendo su vida llena de amor y bondad.