Unión de corazones
En un tranquilo día de primavera, la familia de Ekhi recibió una maravillosa noticia: ¡iba a tener un hermanito! Ekhi, con sus rulos al viento y sus ojos curiosos, no podía contener su emoción.
Por fin conocería a Elur, el bebé que llenaría de alegría su hogar. Un par de semanas después, Elur llegó al mundo. Ekhi estaba nervioso y ansioso por conocerlo.
¿Cómo sería su nuevo hermanito? ¿Podrían jugar juntos cuando crecieran? Pero sobre todo, ¿le caería bien a Aker, su fiel amigo perruno? Al entrar en la habitación del hospital, Ekhi se acercó lentamente a la cunita donde dormía Elur.
Con mucho cuidado, lo miró con ternura y le susurró: "-¡Hola Elur! Soy tu hermano Ekhi. ¡Estoy muy feliz de conocerte!"Elur abrió sus ojitos y soltó una risita que iluminó todo el cuarto. Ekhi sintió un calorcito en el corazón y supo que serían grandes amigos.
Los días pasaron y Ekhi demostró ser un hermano mayor increíble. Siempre pendiente de Elur, jugando con él y cantándole canciones para hacerlo reír. Aker también se sumaba a la diversión; corría alrededor de los dos niños como si fuera su guardián animal.
Una tarde soleada en el jardín, mientras Ekhi empujaba su auto de juguete con Elur sentadito dentro, escucharon ladridos emocionados. Era Aker trayendo un palo para jugar todos juntos.
"-¡Mira Elur! Aker trajo un regalo para nosotros", exclamó Ekhi emocionado. El bebé rió con alegría mientras Aker movía su cola contento. Jugaron hasta que el sol comenzó a esconderse tras las montañas y las estrellas pintaron el cielo nocturno.
Con cada día que pasaba, la conexión entre los tres hermanitos crecía más fuerte. Se apoyaban mutuamente en cada aventura familiar y formaban un equipo inseparable. Y así fue como Ekhi descubrió que tener un hermanito era una bendición llena de amor y complicidad.
Con Elur a su lado y Aker correteando felices por el jardín, supo que no había nada mejor en el mundo que compartir momentos especiales en familia.
FIN.