unión en armonía



Había una vez en el mundo de la música, un reino donde vivían los instrumentos de cuerdas.

En este reino, los instrumentos estaban separados en tres grupos: los de cuerdas frotadas, los de cuerdas pulsadas y los de cuerda percutida. En el grupo de las cuerdas frotadas vivían el violín, la viola y el violonchelo. Eran instrumentos elegantes y delicados que producían melodías suaves y armoniosas.

Les gustaba tocar juntos en conciertos para deleitar a todos con su hermosa música. En el grupo de las cuerdas pulsadas vivían la guitarra, el arpa y el piano. Eran instrumentos alegres y versátiles que podían adaptarse a cualquier estilo musical.

Les encantaba improvisar juntos y crear melodías llenas de ritmo y emoción. Y por último, en el grupo de la cuerda percutida vivían el xilófono, la marimba y el tambor. Eran instrumentos enérgicos y rítmicos que marcaban el compás con sus sonidos vibrantes.

Les gustaba tocar juntos para animar a todos a bailar al ritmo de su música. Un día, en el reino de los instrumentos de cuerda, se celebró un gran festival musical donde cada grupo debía demostrar su talento ante todo el reino.

Los instrumentos estaban emocionados por la oportunidad de mostrar lo mejor de sí mismos. -¡Vamos chicos! ¡Hagamos que nuestra música sea inolvidable! -exclamó la guitarra entusiasmada. -¡Sí! ¡Vamos a sorprender a todos con nuestra armonía! -añadió el violín con determinación.

-¡Y nosotros pondremos toda nuestra energía en cada nota que toquemos! -dijo emocionado el tambor. Llegó finalmente la noche del festival y los tres grupos subieron al escenario para mostrar sus habilidades musicales.

Los instrumentos frotados interpretaron una melodía clásica llena de emotividad, los pulsados hicieron vibrar al público con un ritmo contagioso y los percutidos hicieron retumbar todo con su energía desbordante. Al finalizar las presentaciones, llegó el momento más esperado: anunciar al grupo ganador del festival.

El jurado deliberó durante unos minutos hasta que finalmente anunciaron:-Y el ganador es... ¡todos ustedes! Cada uno ha demostrado su talento único e irrepetible.

La verdadera magia está en cómo cada uno complementa al otro para crear algo maravilloso juntos. Los instrumentos se miraron entre sí con alegría y se abrazaron sintiéndose orgullosos no solo por haber ganado, sino por haber aprendido que trabajar en equipo era lo más importante para lograr grandes cosas.

Desde ese día, los instrumentos siguieron tocando juntos en conciertos donde fusionaban sus estilos musicales creando melodías únicas que conquistaban corazones por igual. Y así, en armonía perfecta, vivieron felices para siempre en el mágico reino de la música.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!