Unión en el bosque



Había una vez un lobo rojo llamado Lucas que vivía en el bosque con su mamá. Un día, la mamá de Lucas le dijo que fuera a visitar a su abuela, quien vivía al otro lado del bosque.

Pero lo que Lucas no sabía era que la caperucita feroz, una niña muy traviesa y valiente, había decidido jugarle una trampa.

Lucas se puso muy contento al recibir la noticia de su mamá y comenzó a caminar hacia la casa de su abuela. Sin embargo, mientras se adentraba en el bosque, empezó a sentir un poco de miedo. Había escuchado historias sobre la caperucita feroz y sabía que podía ser peligrosa.

Cuando finalmente llegó a la casa de su abuela, llamó a la puerta esperando verla sonreír y darle un gran abrazo. Pero para su sorpresa, quien abrió fue la caperucita feroz con una sonrisa maliciosa en el rostro.

"- ¡Hola, lobo rojo! ¿Te esperabas encontrarme aquí?", dijo la caperucita feroz con voz burlona. "- ¡Caperucita feroz! ¿Dónde está mi abuela? ¿Qué has hecho?", preguntó Lucas nervioso.

La caperucita feroz rió malévolamente y le explicó: "- Tranquilo lobo rojo, tu abuelita está aquí dentro pero no te dejaré entrar tan fácilmente. He preparado una trampa para ti". Lucas sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. No sabía qué hacer, pero no podía permitir que su abuela estuviera en peligro.

Decidió enfrentar a la caperucita feroz y rescatar a su abuela. "- Caperucita feroz, sé que eres traviesa y valiente, pero ¿por qué haces esto? Mi abuela no te ha hecho nada", dijo Lucas con voz temblorosa.

La caperucita feroz se detuvo por un momento y miró al lobo rojo. "- Tienes razón, lobo rojo. No tengo ninguna razón para hacerle daño a tu abuela. Solo quería divertirme un poco".

Lucas aprovechó ese instante de duda de la caperucita feroz y se acercó lentamente hacia ella. "- Si solo quieres divertirte, podemos encontrar una manera de hacerlo sin lastimar a nadie", propuso el lobo rojo.

La caperucita feroz pensó por un momento y aceptó la sugerencia del lobo rojo. Juntos idearon juegos divertidos para jugar en el bosque sin causar daño a nadie. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y comenzaron a disfrutar de su compañía.

Un día, mientras jugaban juntos en el bosque, escucharon unos ruidos extraños provenientes del armario de la casa de la abuelita. Al abrirlo, encontraron a la verdadera abuelita escondida allí dentro. "- ¡Abuelita! ¿Estás bien?", exclamó Lucas emocionado.

La abuelita salió del armario asustada pero aliviada al ver que tanto Lucas como la caperucita feroz estaban bien. Agradeció al lobo rojo por rescatarla y a la caperucita feroz por darse cuenta de que no era necesario hacer daño para divertirse.

Desde ese día, Lucas, la caperucita feroz y su abuela se convirtieron en amigos inseparables. Juntos aprendieron el valor de la amistad, el respeto y la importancia de dar segundas oportunidades.

Y así, el bosque se llenó de risas y juegos felices gracias a esta peculiar amistad entre un lobo rojo, una caperucita feroz y una abuelita encantadora.

FIN.

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