Unión en el bosque


Había una vez en un bosque encantado, un zorro llamado Tramposo, que siempre buscaba la manera más fácil de conseguir lo que quería.

Vivía cerca del mar azul, donde las olas bailaban al compás del viento y el sol brillaba con fuerza en el cielo. Un día, mientras paseaba por el bosque, Tramposo se encontró con una gallina llamada Cocorita. Ella era valiente y trabajadora, siempre ocupada buscando comida para sus pollitos.

Tramposo se acercó a ella con una sonrisa astuta en el rostro. "Hola Cocorita, ¿qué haces por aquí tan temprano?" -dijo Tramposo tratando de parecer amigable.

Cocorita lo miró con desconfianza, pero decidió ser cortés y respondió: "Estoy buscando maíz para alimentar a mis pollitos. Es importante tener reservas para el invierno que se acerca". Tramposo fingió interés y dijo: "¡Qué casualidad! Yo sé dónde hay un campo lleno de maíz esperando ser cosechado. Podríamos trabajar juntos y compartir la comida".

Cocorita dudó por un momento, pero finalmente aceptó la propuesta de Tramposo. Juntos se dirigieron hacia el campo de maíz y comenzaron a sembrar las semillas bajo la atenta mirada del mar azul que brillaba a lo lejos.

Los días pasaron y el maíz creció alto y fuerte gracias al trabajo duro de Cocorita. Sin embargo, Tramposo cada vez dedicaba menos tiempo a cuidar los cultivos y más tiempo holgazaneando bajo la sombra de los árboles.

Una mañana, cuando Cocorita fue a revisar el campo de maíz, descubrió horrorizada que alguien había intentado robar parte de la cosecha durante la noche. Rápidamente sospechó de Tramposo y decidió confrontarlo.

"¡Tramposo! ¿Fuiste tú quien intentó robar nuestro maíz?" -exclamó Cocorita con voz firme. Tramposo trató de negarlo pero su mirada esquiva lo delataba. Finalmente confesó su culpa diciendo: "Lo siento Cocorita, fui egoísta e irresponsable.

No quise trabajar duro como tú y me dejé llevar por la tentación de obtener algo fácil". Cocorita estaba decepcionada pero decidió darle una oportunidad a Tramposo para enmendar su error. Juntos repararon los daños causados al campo de maíz y prometieron cuidarlo juntos hasta la próxima cosecha.

Desde ese día, Tramposo aprendió el valor del trabajo duro y la honestidad gracias a la sabiduría de Cocorita. Ambos se convirtieron en grandes amigos que compartían no solo las tareas diarias sino también momentos divertidos explorando el bosque encantado juntos.

Y así, entre risas y canciones al ritmo del mar azul que les brindaba su eterna compañía, Zorro haragán Gallina Mar Azul siembran Maíz nos enseñan que con esfuerzo y colaboración podemos superar cualquier obstáculo en nuestra vida.

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