Unión en la Pampa



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un perrito llamado Chispa. Chispa era muy amistoso y travieso, le encantaba corretear por el parque y jugar con los niños que pasaban por ahí.

Sin embargo, a pesar de su alegría y energía, Chispa se sentía un poco solo. Un día soleado, mientras jugaba en el parque, Chispa vio a lo lejos a otro perrito que parecía perdido.

Se acercó corriendo y vio que era un cachorrito asustado llamado Pelusa. Sin dudarlo, Chispa se acercó a él y le ladró amigablemente para mostrarle que no estaba solo. "¡Hola! ¿Estás perdido? Soy Chispa, ¿cómo te llamas tú?", preguntó emocionado Chispa.

Pelusa levantó tímidamente la mirada y respondió: "Soy Pelusa... me separé de mi mamá y no sé cómo volver a casa. "Chispa sintió mucha empatía por Pelusa y decidió ayudarlo.

Juntos recorrieron las calles del pueblo, siguiendo el rastro de olor que Pelusa recordaba de su casa. En el camino, vivieron divertidas aventuras: persiguieron mariposas, se escondieron detrás de los arbustos para sorprender a las palomas e incluso ayudaron a rescatar un gatito travieso atrapado en un árbol.

Después de muchas peripecias, finalmente llegaron al hogar de Pelusa. La mamá perrita estaba esperándolo ansiosa en la puerta y al verlo llegar acompañado de Chispa, no pudo contener la emoción.

"¡Gracias por traer a mi hijo de vuelta! ¡Eres un amigo fiel!", dijo la mamá perrita mientras acariciaba cariñosamente a Chispa. Pelusa también estaba muy feliz de reunirse con su familia pero al mismo tiempo triste por tener que despedirse de su nuevo amigo.

"¿Por qué no te quedas con nosotros?", propuso Pelusa con esperanza en sus ojos. Chispa miró a su nuevo amigo con una sonrisa enorme y aceptó encantado: "¡Claro que sí! Seremos amigos para siempre.

"Desde ese día, Chispa encontró en Pelusa no solo un compañero inseparable sino también una familia amorosa. Juntos continuaron viviendo grandes aventuras, demostrando que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo y hacer florecer los corazones más solitarios.

FIN.

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