Unión entre amigos



Había una vez un perro llamado Román, que era un guardián muy inteligente y extraordinario. Todos los días, cuando llegaba a trabajar en la casa de Ricardo, Román me recibía con mucha alegría y entusiasmo.

Junto a él vivían también Omy y Bety, dos adorables gatitas que eran bellas y cariñosas. La casa de Ricardo era realmente hermosa, con un precioso jardín lleno de flores de todos los colores.

Era el lugar perfecto para disfrutar del aire fresco y jugar al aire libre. Román siempre estaba atento a cualquier visita o peligro que pudiera acechar la casa. Un día, mientras jugábamos en el jardín, escuchamos unos ruidos extraños provenientes del arbusto más cercano.

Con curiosidad nos acercamos para ver qué sucedía y descubrimos a un pequeño pajarito atrapado entre las ramas. Parecía asustado y no podía volar. - ¡Oh no! -exclamó Román preocupado-. Tenemos que ayudarlo.

Román se acercó lentamente al pájaro e intentó liberarlo con mucho cuidado, pero las ramas estaban muy apretadas. Fue entonces cuando Bety tuvo una brillante idea. - ¡Esperen chicos! -dijo Bety-. Yo puedo trepar los árboles fácilmente. Voy a buscar ayuda desde arriba.

Bety subió rápidamente por el árbol hasta donde había unas personas trabajando en el techo de una casa vecina. Les explicó lo que sucedía y ellos vinieron corriendo para ayudarnos.

Juntos, logramos liberar al pajarito y cuidarlo hasta que estuviera lo suficientemente fuerte para volar de nuevo. Fue un gran trabajo en equipo y todos nos sentimos muy felices de haber podido ayudar a ese pequeño ser.

A partir de ese día, Román, Omy, Bety y yo nos convertimos en los mejores amigos. Juntos aprendimos la importancia de estar atentos a quienes nos necesitan y cómo trabajar en equipo para resolver problemas. Cada vez que llegaba a trabajar, Román me recibía con su alegría contagiosa.

Jugábamos juntos en el jardín mientras las gatitas correteaban a nuestro alrededor. La casa de Ricardo se llenó de amor y amistad gracias a nuestras aventuras diarias.

Y así fue como Román, Omy, Bety y yo descubrimos que la verdadera magia está en ayudar a los demás y compartir momentos especiales juntos. Aprendimos que no importa cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar formas creativas de solucionar problemas si trabajamos en equipo.

Desde entonces, nuestra amistad creció aún más fuerte y seguimos siendo inseparables. Cada día es una nueva oportunidad para aprender algo nuevo y vivir nuevas aventuras junto a nuestros queridos amigos animals.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!