Unión por la sed
Había una vez un perro llamado Max que vivía en un pequeño pueblo rodeado de árboles y palomas.
Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un gran problema: ¡hacía mucho calor! El sol estaba en su punto más alto y no había nada de agua para beber cerca. Max comenzó a buscar desesperadamente algo para beber cuando encontró un pequeño arroyo.
Pero justo cuando iba a tomar un sorbo, se dio cuenta de que las palomas estaban allí también, sedientas y buscando agua. Max pensó en compartir el agua con ellas, pero tenía miedo de quedarse sin nada para sí mismo.
De repente, el sol comenzó a ponerse rojo y parecía estar cayendo del cielo. Las palomas comenzaron a volar frenéticamente alrededor del arroyo mientras Max miraba hacia arriba con asombro. "¡Tenemos que encontrar la manera de salvarnos!" gritó una paloma.
Justo entonces, Max tuvo una idea brillante: podría usar sus habilidades como perro para excavar un pozo profundo y encontrar más agua debajo de la superficie del suelo. Las palomas se ofrecieron a ayudar llevando ramitas y hojas para hacerle sombra mientras trabajaba bajo el sol ardiente.
Después de horas cavando juntos, finalmente encontraron suficiente agua fresca para todos. Las palomas cantaron canciones felices mientras bebían y se refrescaban bajo la sombra del árbol cercano. "Gracias por ayudarnos", dijo una paloma a Max.
"No hay problema", respondió él con una sonrisa cansada pero feliz en su cara peluda. "A veces, cuando trabajamos juntos, podemos superar cualquier obstáculo". Desde ese día en adelante, Max y las palomas se hicieron amigos inseparables.
Siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente en tiempos de necesidad, recordando que la cooperación es la clave para superar cualquier desafío. Y así, el perro, el sol, el agua, el árbol y las palomas vivieron felices para siempre en armonía en su pequeño rincón del mundo.
FIN.