Unión y diversidad en acción



Había una vez, en la Universidad Pedagógica Nacional de Argentina, un grupo de quince maestros y maestras que asistían a una clase con el temido profesor Javier.

Todos los viernes, esperaban ansiosos el final de la clase para poder disfrutar del fin de semana. El profesor Javier era conocido por ser estricto y exigente. Siempre ponía a prueba a sus estudiantes y les daba tareas difíciles de cumplir. Pero aquel viernes fue diferente.

Al comenzar la clase, el profesor Javier anunció que si todos se portaban bien durante la jornada, podrían salir temprano y disfrutar del resto del día libre.

Los quince maestros se miraron entre sí con ilusión, sabiendo lo valioso que era tener tiempo para descansar y relajarse. La clase transcurría tranquilamente mientras los maestros prestaban atención en cada palabra del profesor Javier. Todos tomaban apuntes diligentemente y participaban activamente en las discusiones.

Sin embargo, cuando llegó el momento de entregar las boletas con las calificaciones obtenidas durante el semestre, los corazones de los quince maestros se llenaron de preocupación. Temían haber cometido algún error o no haber alcanzado las expectativas del exigente profesor Javier.

Uno a uno fueron recibiendo sus boletas hasta que llegó el turno del último maestro. Con nerviosismo palpable abrieron los sobres y encontraron excelentes notas: nueves y dieces adornaban sus papeles.

Pero algo extraño sucedió cuando el último docente desplegó su boleta: ¡un cinco! Los demás maestros quedaron sorprendidos al ver aquella calificación tan baja. No podían creer que alguien hubiera obtenido una nota tan diferente al resto. Decidieron preguntarle al profesor Javier qué había sucedido.

"Profesor, ¿por qué este compañero obtuvo un cinco en lugar de las buenas notas que hemos sacado?"- preguntó uno de los maestros. El profesor Javier sonrió y respondió:"Quise poner a prueba su capacidad de trabajar en equipo y apoyarse mutuamente.

Este compañero es el único que ha sacado un cinco, pero eso no significa que sea menos capaz o menos valioso que ustedes. Lo importante es aprender a ayudarnos y respetarnos entre todos". Los quince maestros reflexionaron sobre las palabras del profesor Javier.

Comprendieron que cada uno tenía habilidades y talentos diferentes, pero juntos podían lograr grandes cosas si se apoyaban mutuamente. A partir de ese día, los maestros decidieron formar un equipo unido y solidario.

Se ayudaban unos a otros en sus tareas académicas, compartían ideas y se motivaban constantemente para mejorar. Con el tiempo, aquel grupo de maestros se convirtió en referente dentro de la universidad.

Sus clases eran dinámicas e inspiradoras, demostrando a sus alumnos la importancia del trabajo en equipo y la valoración de las diferencias.

Y así, gracias al desafío del profesor Javier y la actitud positiva de los quince maestros, lograron superar cualquier obstáculo y convertirse en excelentes educadores comprometidos con el aprendizaje y el crecimiento personal. Desde entonces, cada vez que veían un cinco en sus boletas recordaban aquella lección de trabajo en equipo y se sentían agradecidos por haber aprendido una valiosa lección que los acompañaría durante toda su carrera como maestros.

Y así, la historia de aquellos quince maestros y maestras atrapados en la clase del profesor Javier se convirtió en un ejemplo inspirador para todos aquellos que buscan superarse y alcanzar el éxito trabajando juntos.

FIN.

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