Usi, la amiga emo embrujada
En una colorida ciudad donde las flores son de mil colores y los pájaros cantan dulces melodías, vivía una joven llamada Usi. Usi no era como los demás: llevaba ropa negra, una gran gorra y siempre tenía un libro de cuentos de hadas bajo el brazo. A pesar de su apariencia, Usi tenía un gran corazón y era la mejor amiga de un grupo de chicos: Tomás, Lucia y Benjamín.
Un día, mientras exploraban el bosque que rodeaba su ciudad, los amigos encontraron una pequeña cabaña cubierta de hiedra. Tomás, curioso como siempre, propuso entrar.
"¡Vamos a ver qué hay! Quizás encontremos tesoros mágicos", exclamó.
"No sé, Tomás... podríamos asustarnos", dijo Lucia, un poco nerviosa.
"Ay, no seas aguafiestas, ¿no te da emoción?" intervino Benjamín, animado.
Finalmente, Usi sonrió y dijo:
"Está bien, vamos. Yo iré primero. Siempre me gustan las aventuras."
Al entrar, la cabaña estaba llena de objetos extraños: frascos brillantes, esferas de cristal y varitas de colores. Usi, intrigada, se acercó a una mesa donde había un viejo libro de hechizos.
"Miren, esto parece un libro de magia", dijo emocionada, alzando el libro.
De repente, un viento fuerte sopló dentro de la cabaña y, con un destello de luces, un pequeño duende apareció.
"¡Gracias por liberarme!", dijo el duende, agitando sus manos. "He estado atrapado aquí por muchos años. Como agradecimiento, puedo concederles un deseo a cada uno de ustedes. Pero tengan cuidado, los deseos pueden traer sorpresas inesperadas."
Los amigos se miraron, sorprendidos pero emocionados. Cada uno comenzó a pensar en su deseo. Tomás quería ser el mejor jugador de fútbol, Lucia deseaba ser la más famosa en las redes sociales y Benjamín anhelaba tener la casa más grande del barrio. Mientras todos tenían grandes deseos, Usi se quedó en silencio, pensativa.
"¿Y vos, Usi? ¿Cuál es tu deseo?", preguntó Lucia.
Usi miró al duende y dijo:
"Yo deseo que nuestra amistad sea siempre fuerte y nos unamos más, sin importar lo que pase en el futuro".
El duende sonrió y dijo:
"Esa es una elección sabia, Usi. Tu deseo será concedido."
Con un chispazo de sus dedos, el duende hizo que un brillo envolviera a los cuatro amigos. Entonces, el duende desapareció en una nube de polvo brillante.
Los días pasaron y cada uno de los amigos comenzó a notar algo extraño. Tomás empezó a jugar muy bien al fútbol, pero se volvió arrogante y empezó a dejar de lado a sus amigos. Lucia se hizo famosa, pero se sentía sola y atrapada en su vida de redes sociales. Benjamín obtuvo la casa más grande, pero no tenía a nadie con quien compartirla.
Un día, se encontraron en un parque y se dieron cuenta de lo que había pasado.
"Me siento triste, como si no tuviera amigos", confesó Lucia.
"Siento que me he alejado de todos y no quiero eso", dijo Tomás, sintiéndose culpable.
"Yo también, estoy solo en mi casa grande", agregó Benjamín.
Entonces Usi, con su usual serenidad, dijo:
"Lo que realmente deseamos no son cosas, sino disfrutar de momentos juntos. Por eso pedí que nuestra amistad fuera fuerte. Los deseos pueden ser poderosos, pero tenemos que recordar que lo que más valoramos son las personas que amamos."
Los amigos reflexionaron sobre esto y decidieron unirse nuevamente. Jugaron, rieron y hablaron sobre sus sentimientos esa tarde. Cada uno se dio cuenta de que las cosas materiales no traen la verdadera felicidad.
Cuando regresaron a la cabaña, esperaban encontrar al duende nuevamente, y para su sorpresa, allí estaba.
"Has aprendido una lección importante", dijo él, sonriendo. “La verdadera magia está en sus corazones y en su amistad."
"¡Gracias, pequeño duende!" exclamó Usi. "Ahora sabemos lo que realmente importa."
Desde entonces, Usi y sus amigos prometieron siempre valorar su conexión por encima de cualquier deseo material. Inventaron tradiciones juntos, desde noches de juegos hasta paseos por el bosque, cada uno disfrutando de la compañía del otro.
Así, en cada aventura, recordaron que la verdadera magia no está en los deseos, sino en el amor y la amistad que compartían.
FIN.