Valen, Vero y los motores desordenados



Valen y Vero eran dos hermanos muy curiosos que siempre estaban buscando nuevas aventuras. Un día, decidieron visitar a su amigo Papa Pablo en su taller mecánico para ayudarlo con algunas tareas.

Al llegar allí, se encontraron con una gran cantidad de herramientas y piezas de automóviles por todas partes. Papa Pablo estaba ocupado trabajando en un motor cuando los niños entraron. "¡Hola Papa Pablo! ¿Cómo podemos ayudarte?" -preguntó Valen entusiasmado.

"Buenos días chicos, me alegra verlos aquí. Podrían empezar por reagarrar estas piezas y ordenarlas según el modelo de auto al que pertenecen" -respondió amablemente papa Pablo mientras señalaba una mesa llena de piezas desordenadas.

Valen y Vero aceptaron la tarea con gusto y comenzaron a trabajar juntos. Mientras tanto, papa Pablo seguía trabajando en el motor del auto que había estado reparando durante varios días.

Después de un rato, Valen notó algo extraño en uno de los motores que estaban en la mesa: "Papa Pablo, este motor tiene algo atascado adentro". Papa Pablo dejó lo que estaba haciendo y fue a ver qué pasaba.

Después de examinarlo detalladamente descubrieron que había una pequeña piedra dentro del motor que impedía su correcto funcionamiento. "¡Muy bien hecho Valen! Has encontrado el problema", dijo orgulloso papa Pablo mientras sacaba la piedra del motor. "Nunca está demás tener una mirada fresca sobre las cosas".

Vero también tuvo su oportunidad más tarde cuando se dio cuenta de que faltaba una pieza en uno de los motores que estaban revisando. Papa Pablo buscó y no encontraba la pieza, pero Vero recordó haber visto algo similar en otra parte del taller.

"¡Vero tienes razón! La vi allí", dijo papa Pablo sorprendido mientras iba a buscar esa pieza. Después de un día lleno de trabajo, Valen y Vero se sintieron muy orgullosos por haber ayudado a su amigo Papa Pablo con el taller mecánico.

Además, aprendieron mucho sobre cómo funciona un motor y cómo solucionar problemas simples. "Chicos, han hecho un gran trabajo hoy. Gracias por ayudarme y espero que hayan disfrutado tanto como yo" -dijo sonriendo papa Pablo mientras cerraba el taller.

Valen y Vero se miraron entre sí felices y asintieron con la cabeza: había sido un día lleno de aventuras y aprendizajes nuevos que nunca olvidarían.

FIN.

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