Valentía en la oscuridad



En una noche oscura y silenciosa, en medio de la guerra mundial, un grupo de valientes soldados se encontraba acampando en un bosque. De repente, sin previo aviso, comenzaron a caer meteoritos del cielo.

Los soldados se asustaron y no sabían qué hacer. Algunos corrían de un lado a otro tratando de esquivar los meteoritos, mientras que otros se tiraban al suelo para protegerse. La confusión y el miedo se apoderaron del grupo.

En medio de la desesperación, el sargento García tomó la palabra y les dijo a sus compañeros:- ¡Tranquilos soldados! Debemos mantener la calma y buscar refugio. Síganme.

El sargento García guió al grupo hacia una cueva cercana donde estarían a salvo de los meteoritos que seguían cayendo del cielo. Una vez dentro de la cueva, todos respiraron aliviados. - ¿Qué vamos a hacer ahora, sargento? -preguntó uno de los soldados más jóvenes. - Debemos esperar hasta que pase el peligro.

Mientras tanto, mantengámonos unidos y cuidémonos mutuamente -respondió el sargento García con determinación. Las horas pasaban lentamente y los soldados permanecían alerta dentro de la cueva. De repente, uno de ellos escuchó un ruido proveniente del exterior.

- ¡Alguien viene! -exclamó emocionado. Para sorpresa de todos, era un grupo de niños del pueblo cercano que habían visto caer los meteoritos y decidieron ir en su ayuda.

- ¡Están vivos! ¡Vamos a ayudarlos! -gritaban los niños mientras entraban corriendo a la cueva. Los soldados recibieron con alegría la visita inesperada de los pequeños y juntos compartieron alimentos y cuentos para pasar el tiempo mientras esperaban que amaneciera. La noche fue larga pero llena de aprendizajes para ambos grupos.

Los soldados descubrieron en los niños una valentía increíble a pesar de su corta edad, mientras que los pequeños aprendieron sobre el sacrificio y la camaradería que existía entre aquellos hombres en medio de la guerra.

Finalmente, cuando amaneció y cesaron los meteoritos, los soldados y los niños salieron juntos de la cueva.

Los pequeños regresaron al pueblo con historias emocionantes para contarle a sus familias, mientras que los soldados retomaron su camino con renovadas fuerzas gracias al encuentro con aquellos valientes niños. Y así, en medio de la oscuridad y el peligro, nació una amistad inquebrantable entre dos grupos tan diferentes pero unidos por valores universales como el amor, la solidaridad y el coraje ante las adversidades.

FIN.

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