Valentina y el caballo sanador
Había una vez una niña llamada Valentina que desde muy pequeña soñaba con ser doctora. Le encantaba jugar a curar a sus muñecos y siempre estaba leyendo libros sobre el cuerpo humano.
A medida que fue creciendo, su pasión por la medicina se hizo más fuerte y decidió que quería estudiar para ser médica.
Un día, mientras Valentina estaba en la escuela, su maestra les pidió a los alumnos que hablaran sobre lo que querían ser cuando fueran grandes. Valentina levantó la mano emocionada y dijo: "¡Yo quiero ser doctora!" Todos sus compañeros la miraron sorprendidos, ya que era algo poco común para una niña de su edad.
Al llegar a casa, Valentina le contó a sus padres sobre su decisión de convertirse en médica. Ellos la apoyaron al instante y le dijeron que si se esforzaba mucho podría lograrlo.
Desde ese día, Valentina se dedicó aún más a sus estudios y se esforzaba al máximo en todas las materias. Un verano, mientras visitaba a su abuelo en el campo, ocurrió algo inesperado. Uno de los caballos de su abuelo se lastimó una pata y no podía caminar.
Valentina recordó todo lo que había aprendido sobre primeros auxilios y corrió hacia el establo para ayudar. "Tranquilo, amigo. Voy a cuidarte", dijo Valentina mientras revisaba la pata del caballo con cuidado.
Con paciencia y determinación, Valentina limpió la herida del caballo y vendó su pata con habilidad. Día tras día cuidó del animal hasta que finalmente pudo volver a caminar sin dificultad alguna. "¡Increíble! ¡Eres toda una doctora!", exclamó su abuelo sorprendido por las habilidades de Valentina.
Valentina sonrió orgullosa y supo en ese momento que había tomado la decisión correcta al elegir convertirse en médica. De vuelta en la ciudad, Valentina siguió adelante con sus estudios con más entusiasmo que nunca.
Finalmente llegó el día en el que recibió su título de médica y pudo cumplir su sueño de ayudar a los demás.
Desde entonces, cada vez que veía a un paciente entrar cojeando o con fiebre, recordaba aquel verano en el campo donde descubrió su verdadera vocación gracias al amor por los animales y las ganas de aprender. Y así fue como la niña estudiante de medicina llamada Valentina se convirtió en una excelente doctora conocida por su dedicación, empatía y pasión por sanar a otros.
FIN.