Valentina y el Dragón del Agua


Había una vez, en un bosque encantado, una niña llamada Valentina. Ella era valiente y curiosa, y le encantaba explorar cada rincón del bosque en busca de aventuras.

Un día, mientras caminaba junto al arroyo que cruzaba el bosque, escuchó un susurro proveniente de las profundidades del agua. - ¿Quién está ahí? -preguntó Valentina con curiosidad. - Soy Dragón, el guardián del agua -respondió una voz profunda desde el arroyo.

Valentina se acercó al borde del arroyo y vio a un magnífico dragón azul emergiendo del agua cristalina. Sus ojos brillaban como zafiros y su piel escamosa relucía bajo la luz del sol.

- ¿Por qué estás tan triste, Dragón? -preguntó Valentina con ternura al notar la tristeza en los ojos del ser mágico. - El agua de este arroyo se está agotando y sin ella, todo en el bosque morirá. Necesito encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde -explicó el dragón con pesar.

Valentina sintió compasión por Dragón y decidió ayudarlo. Se puso en marcha hacia lo más profundo del bosque en busca de respuestas.

Tras horas de caminar entre árboles centenarios y senderos misteriosos, llegó a un claro donde encontró a la Hada de los Manantiales. - ¡Oh valiente niña! Veo tu corazón puro y tu determinación para ayudar a Dragón. Te daré la clave para salvar el agua del arroyo -dijo el hada con una sonrisa cálida.

El hada le entregó a Valentina una semilla dorada y le explicó que debía plantarla en el centro del arroyo al atardecer para que floreciera la planta mágica capaz de revitalizar el agua.

Con esperanza renovada, Valentina regresó junto a Dragón y juntos se dirigieron al arroyo. Al llegar al lugar indicado por el hada, Valentina plantó la semilla dorada en medio del arroyo justo cuando los últimos rayos de sol iluminaban el cielo.

De repente, la semilla comenzó a crecer rápidamente hasta convertirse en una hermosa flor resplandeciente que llenaba todo el arroyo con su energía sanadora. El agua volvió a fluir cristalina y fresca gracias al poder de la flor mágica.

Dragón bebió con alegría mientras derramaba lágrimas de emoción por haber sido salvado gracias a la valentía de Valentina.

- ¡Gracias infinitas por haber devuelto la vida al arroyo! Eres digna de ser llamada amiga tanto por mí como por todos los habitantes del bosque -agradeció emocionado Dragón. Valentina sonrió feliz sabiendo que había hecho algo bueno por aquellos que compartían su hogar en aquel maravilloso bosque encantado.

Desde ese día, ella siguió explorando pero ahora acompañada siempre por su amigo Dragón quien velaba por su seguridad mientras juntos protegían las maravillas naturales que les rodeaban.

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