VALENTINA y el Gran Apagón
**UN DÍA SOLEADO** Era un día soleado en la casa de VALENTINA. VALENTINA y su hermano IGNACIO estaban jugando en el jardín, mientras mamá y papá preparaban la cena. Todo estaba perfecto y lleno de risas.
**¡OH NO, SE APAGAN LAS LUCES! ** De repente, la luz del sol empezó a ocultarse detrás de unas nubes oscuras. VALENTINA miró hacia el cielo y frunció el ceño.
"Ignacio, mirá esas nubes... parecen raras. ¿No crees?"
"Sí, VALENTINA, pero no importa. ¡Sigamos jugando!"
Pero antes de que pudieran seguir corriendo, algo inesperado sucedió. ¡PUM! Se apagaron todas las luces de la casa y el jardín se sumió en una oscuridad repentina.
"¡Ay no! ¿Qué pasó?" gritó VALENTINA, mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad.
**LA BUSQUEDA DE LA LUZ** "Tranquila, VALENTINA. ¡Hay que averiguar qué pasó!" dijo IGNACIO con valentía.
"Pero... ¿y si se apagan las luces para siempre?"
Mamá asomó la cabeza por la ventana y dijo:
"No se preocupen, chicos. A veces hay apagones, pero sirve para que aprendamos algo nuevo. ¿Quieren que les cuente una historia mientras esperamos?"
VALENTINA y IGNACIO se acercaron a la ventana, intrigados.
"¡Sí!" dijeron al unísono.
**LA HISTORIA DEL GRAN APAGÓN** Mamá comenzó a narrar una historia sobre un Gran Apagón que sucedió en un pueblo cercano.
"Hace muchos años, un día similar a este, el pueblo entero se quedó a oscuras. Todos estaban asustados, pero un niño llamado Tomás tuvo una idea. ¿Qué creen que hizo?"
"¿Fue a buscar una linterna?" preguntó VALENTINA, emocionada.
"¡Exactamente! Pero también convocó a todos sus amigos para hacer una fogata. Alrededor del fuego, contaron historias, cantaron canciones y se ayudaron unos a otros. Al final, se dieron cuenta de que podían divertirse sin necesidad de electricidad. Entonces, el sol salió de nuevo y las luces volvieron, pero estaban tan felices que hicieron de la fogata una tradición cada año."
**UNA IDEA BRILLANTE** Al escuchar esto, VALENTINA se iluminó con una idea.
"Y si hacemos nuestra propia fogata aquí en el jardín, ¿qué les parece?"
"¡Sí! Podemos traer mantas y cuentos para contar, además de una linterna grande para iluminar!" sugirió IGNACIO.
Fueron corriendo a buscar mantas, almohadas y la linterna. Mamá les ayudó a encender unas velitas que tenían en el jardín para tener un poco de luz. Pronto se acomodaron todos juntos bajo las estrellas, disfrutando de la compañía mientras contaban historias.
**UNA NOCHE INOLVIDABLE** "Una vez, había un dinosaurio que quería volar..." comenzó VALENTINA, desatando carcajadas entre todos.
"No olvides que hay que alimentarlo con galletas voladoras", agregó IGNACIO, mientras se reía.
Las risas resonaban en la noche, y la oscuridad ya no parecía tan aterradora. Mamá y papá también se unieron a la diversión. La familia disfrutó de aquella noche especial, sin importarle el apagón.
**LA LUZ DE LA AMISTAD** Finalmente, después de un rato, las luces de la casa parpadearon y volvieron a encenderse. Pero al ver a su familia reunida, VALENTINA sonrió y dijo:
"No importa si hay apagones, siempre podemos encontrar la luz en los momentos compartidos juntos."
Ignacio miró a su hermana y asintió.
"Sí, la magia está en estar juntos. ¡Siempre lo recordaremos!"
Y así, tras el Gran Apagón, VALENTINA e IGNACIO aprendieron que las mejores aventuras podían surgir incluso en los momentos de oscuridad. La risa, la creatividad y la unión familiar fueron suficientes para iluminar la noche.
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Esta noche se convirtió en su nueva tradición, recordándoles que la verdadera luz no está en los enchufes, sino en los corazones de quienes nos rodean.
FIN.