Valentina y el misterio de los muñecos



Valentina era una niña muy valiente durante el día, pero por las noches su habitación se convertía en un lugar lleno de sombras tenebrosas.

Los muñecos que decoraban su cuarto parecían cobrar vida en su imaginación, convirtiéndose en seres diabólicos que la atemorizaban. Cada noche, el miedo se apoderaba de ella, impidiéndole conciliar el sueño. Valentina decidía dejar la luz del pasillo encendida para enfrentar su temor a la oscuridad.

Una noche, mientras observaba la tenue luz que se colaba desde la puerta entreabierta, una hada diminuta apareció de repente. -Hola, Valentina -saludó la hada con una voz delicada. -¿Quién eres tú? -preguntó Valentina, sorprendida. -Soy Lila, el hada de la valentía -respondió Lila con una sonrisa cálida.

-He venido para ayudarte a superar tus miedos. Valentina escuchó atentamente las palabras de Lila y decidió seguir sus consejos. Lila le enseñó que la valentía no significa no tener miedo, sino enfrentar esos temores y superarlos.

Juntas, idearon un plan para enfrentar los miedos de Valentina. Decidieron organizar una fiesta de muñecos en su habitación, donde todos los muñecos serían invitados a bailar y divertirse.

Valentina, con el apoyo de Lila, comenzó a ver a sus muñecos de una manera diferente, ya no los percibía como seres malignos, sino como amigos divertidos. La noche de la fiesta de muñecos, Valentina se divirtió tanto que se olvidó por completo de su miedo a la oscuridad.

A partir de esa noche, los muñecos volvieron a ser simples objetos inanimados, y Valentina recuperó la tranquilidad en sus noches.

Aunque de vez en cuando el miedo volvía a aparecer, Valentina recordaba las enseñanzas de Lila y la fiesta de muñecos, y eso le daba el coraje necesario para superar sus temores.

FIN.

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